El horno no esta para bollos en La Rosada. Los ánimos están muy caldeados por los números que reciben de sus encuestadores. María Eugenia Vidal quiere salvar las papas en la provincia, que con las encuestas actualizadas pierde ante Kicillof-Magario, y buscó hasta último momento cerrar un acuerdo con el Juan Manuel Urtubey o Roberto Lavagna para ir por colectora en sus boletas. Mauricio Macri y Marcos Peña bloquearon esa posibilidad y priorizan la elección nacional.

«A nosotros nos servían los votos de todos», dicen dentro del espacio de la mandataria provincial. Con el arrastre «positivo» que le otorga Cristina Kirchner a la candidatura de Axel Kicillof y la carga «negativa» que recibe Vidal de Macri, las encuestas la muestran hoy perdiendo por -en promedio- entre 4 y 6 puntos.

Marcos Peña, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal

Así, nuevamente vuelve a advertirse tensión entre Nación y Provincia. La apertura a una negociación con Massa había aportado calma al vínculo cada vez más tirante entre Peña y Vidal. Pero el enojo de la gobernadora con el jefe de Gabinete persiste: según publicó Clarín días atrás, lo acusa a su entorno de haber filtrado que podía ser candidata a vicepresidenta, como estrategia de sepultar cualquier posibilidad de que se reflotara el «plan V».

«Si la idea es ayudar a María Eugenia a ganar, entonces las colectoras se podrían hacer con cualquiera. Pero ellos creen que Massa no le saca votos a Mauricio. Y Urtubey, sí», asegura el gran diario argentino que planteó, ya resignado, un alto funcionario bonaerense, de extrema confianza de Vidal.

Pese a las presiones del radicalismo, en especial de Gerardo Morales, la Casa Rosada este martes a la mañana daba por caído el tema colectoras. La expectativa está puesta en lo que pase entre Massa y Alberto Fernández. El gobierno se juega los últimos cartuchos para tentar al tigrense, pese a los dichos que tuvo en las últimas horas. Hay tiempo hasta mañana a medianoche y la rosca está al rojo vivo.

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