Luego de una aplastante derrota del macrismo en Córdoba, Elisa Carrió ensayó una especie de festejo al comentar los resultados de una elección donde la formula cambiemita que ella apoyó fue duramente castigada en la Docta ante el peronismo encanado por Juan Schiaretti.

La dirigente nacional, que perjudicó notriamente al candidato Mario Negri con sus exabruptos durante la campaña, aseguró que el hecho de haber superado a los radicales rebeldes de Ramón Mestre «es una victoria enorme para los que fundamos Cambiemos».

«Acá importa la decencia, y en el seno de Cambiemos ganó la decencia», dijo entre algunas sonrisas condescendientes como la de Mario Negri y otros rostros menos amistosos como el de Luis Juez, quien no podía disimular su disgusto.

También se autodefinió como «la fracasada más exitosa de la historia argentina» y pidió «perdón por las metidas de pata» al pueblo cordobés.

No faltaron los palos al gobierno nacional, la espada de Cambiemos le envió un mensaje a Rogelio Frigerio, «hubiéramos preferido que algún ministro del Interior acompañe más a los referentes de Cambiemos», dijo la diputada.

«Los cordobeses han plantado una semilla que va a dar un árbol en el seno de Cambiemos», completó la referente de la Coalición Cívica.

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