Anoche la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Victoria Donda reveló en TN que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich le confió que «quizá a algún gendarme se le fue la mano».

Esta revelación configura un verdadero escándalo, ya que la funcionaria niega sistemáticamente esta hipótesis y defiende a como dé lugar a la fuerza sospechada d e haber «chupado» al joven, del que no se sabe nada desde el 1 de agosto.

Ante estas afirmaciones, los periodistas que aguardaban al jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun en la celebración por el día de la Industria, en la sede de CAME le consultaron si él tenía la misma información, pero Peña eludió a medias la pregunta -que era sobre los dichos de Bullrich- y respondió «que todas las hipótesis están abiertas».

Es evidente que el gobierno empieza a abrir el paraguas ante la realidad que los golpea directo en los dientes. Ya no quedan otros caminos en la investigación, más que los que conducen a la fuerza dependiente de Patricia Bullrich y Pablo Noceti, su jefe de gabinete.

Ambos están sospechados de encubrir un posible asesinato de Maldonado en manos del Estado y por lo que el diputado del Frente para la Victoria, rodolfo Tailhade exigió al Juez Otranto, a cargo de las investigación, que libere órdenes de detención para los funcionarios.

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