El Senador Martín Lousteau volvió a quedar en ridículo hoy tras escenificar una pelea inextensible con la presidenta del cuerpo, Cristina Kirchner, quien se limitó a preguntarle a la oposición que pensaban hacer y cuánto iban a hablar. Esta simple pregunta que buscaba ordenar la sesión de hoy en la Cámara Alta terminó en una seguidilla de réplicas por parte de Lousteau y el radical, Luis Naidenoff.

“Me dicen acá por secretaría que van a dar la discusión ahora y después se retiran -arrancó Cristina Kirchner-; entonces lo que pueden hacer es, hablen todo el tiempo que tienen para la sesión, hablen todos, todo el tiempo que quieran… Eso sí, van a utilizar todo el tiempo que tienen para la sesión. Solamente pueden hablar durante este tema”. Y dirigiéndose puntualmente a Lousteau, le dijo a continuación: “Cuénteme qué quieren hacer, a ver…”.

El exministro de Economía reaccionó con la guardia alta: “No es contarle qué queremos hacer, es contarle cómo es el DP 8 y el DP 12”, señaló en referencia a los decretos que habían convocado a la sesión. Cristina lo interrumpió para tratar de explicarle y él insistía: “Déjeme hablar”.

“No, le pregunto, ¿sabe por qué, senador? Porque como hubo muchas vueltas: que pidieron sesión especial, después dijeron que no la querían… por eso le pido que nos explique qué es lo que quieren hacer. No es peyorativo, obedece a lo que pasó en el día de la fecha”, explicó la vicepresidenta.

“La convocatoria a nuestro entender estaba mal hecha. Tenía un error, o tenía una trampa”, dijo Lousteau sobre la sesión pedida por JxC.

– Lo entiendo perfectamente –dijo Lousteau.

– Bien, gracias –señaló la vicepresidenta.

Lousteau continuó: “Con respecto a las sesiones especiales pedidas, lo que pasa es que la convocatoria a nuestro entender estaba mal hecha. Tenía un error, o tenía una trampa… Por eso pedimos que se anulara y ya pediremos otra. En el momento oportuno. Con respecto al uso de la palabra, la DP 8 y la DP 12, que ratificaba la DP 8, dice que el tiempo se asignará proporcionalmente y cada uno de los bloques distribuirá internamente cómo es que los utiliza. Nosotros vamos a utilizar como siempre el tiempo proporcional. Hay otras cuestiones donde el reglamento no se está cumpliendo, como el tiempo de la palabra en general, pero en esto dijimos, en la DP 8 y la DP 12, el tiempo se distribuirá internamente y no vamos a excedernos de la parte proporcional que tenemos. Gracias”.

Cristina, que lo escuchaba atentamente, replicó: “Es exactamente lo que acabo de decir. Hay algunos problemas cuando uno está pensando en lo que va a decir y no está escuchando al que está hablando. Pero me decía el señor secretario Parlamentario que como se van a retirar después de esto”, y a continuación Cristina detalló la distribución de los tiempos para cada bloque, según lo cual al Frente de Todos le correspondían 200 minutos y a Juntos por el Cambio 130. “Ustedes distribuyen sus 130 minutos como mejor les parezca, lo único que les pido es que informen por secretaría y hablan todo el tiempo que quieran dentro de los 130 minutos”, puntualizó la titular del Senado.

“Perfecto presidenta, gracias”, dijo Lousteau. “No tiene que darme las gracias, es lo que corresponde”, repuso CFK, a lo que el senador de JxC insistió: “De todas maneras, no es que en una sesión normal, y esto da cuenta de lo distinto que es la sesión telemática, tenemos que avisar si nos vamos a quedar, si nos vamos a ir, qué vamos a votar y en qué momento. Nosotros vamos a usar el tiempo que nos corresponde”.

La titular del Senado hizo unos gestos con los brazos, mientras el secretario Marcelo Fuentes iba preguntándoles a los senadores de la oposición. “¿Cuánto quiere Lousteau, 20 minutos? ¿Rodríguez Machado? 15 minutos. Y Cristina siguió con tono divertido: “Sí, sí, esto es un delivery… Usted lo tiene, usted lo pide, usted lo tiene. Schiavoni, ¿cuánto quiere? ¿20 minutos, media hora?”.

El jefe del bloque Pro se conformó con 10. Cuando la titular del cuerpo le preguntó a Luis Naidenoff, el jefe del interbloque retrucó: “No es una cuestión de lo que se quiera, sino lo que corresponde. Vamos a prorratear el tiempo en el uso de la palabra. Si hay algún exceso, no existe inconveniente porque se tienen que prorratear en función de los 130 minutos que tenemos”.

Fastidiada, CFK dijo entonces con tono irónico: “Debe ser culpa mía que no sé hablar bien y no se entiende cuando hablo, porque no tengo las facultades tan explicativas que tienen otros… Pero es lo que estoy diciendo desde que me senté acá: lo único que quiero es que me digan… Yo tengo una lista de oradores, que es por la oposición: Lousteau. Martín; Rodríguez Machado, Laura; Schiavoni, Humberto y Naidenoff… Lo único que pido es que me digan cuánto quiere hablar cada uno, nada más. ¿Cuánto quiere hablar Naidenoff?”

“Lo que corresponda en función de los tiempos que tengamos. Puedo hablar 20, 30, 40, 60 minutos, en función de los 130”, señaló Naidenoff. La situación llegó a niveles desopilantes cuando la expresidenta propuso hacer la cuenta y sumó en voz alta: “Puede hablar 85 minutos”, concluyó.

“No, no hace falta”, aclaró Naidenoff, a lo que CFK puntualizó: “Le digo para que tengamos en cuenta lo que puede hablar. Yo le pongo acá 85 minutos… Si habla menos, va a ser bienvenido”.

“Va a ser menos, no se haga problema”, garantizó Naidenoff. “No, si a mí me encanta escucharlos hablar”, concluyó la vicepresidenta. (Con información de El Parlamentario)

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