Actualmente se exportan 270.000 toneladas de carne y se espera que para el año que viene esa cifra crezca a 400.000 toneladas, dato que se explica parcialmente en la remoción de las trabas a las exportaciones que se dieron desde 2006. El dato, que parece alentador, no resultó en lo que se esperaba y el consumo de carne vacuna descendió a sus niveles más bajos en los últimos 15 años.

Pero donde falta en algún sector, aparece otro a cubrirlo, ya que el consumo total de proteína de origen animal creció unos 40 kilos desde 2006. Sucede que ante los aumentos de la carne vacuna la población se volcó a otros animales como el cerdo y el pollo. Dato que explica a las claras la notoria cultura carnívora del argentino, que parece no poder vivir sin ese tipo de proteínas.

No es la primera vez que frente a una crisis el consumo se mantiene estable. Durante los meses más oscuros de 2001, en plena crisis económica, uno de los valores que se mantuvo estable fue el consumo de carne.

En la actualidad, la tendencia se mantiene, y cerca del 90% de la producción (2,8 millones de toneladas de res con hueso) se destina al mercado interno.  Esto brinda una oferta importante, lo que lleva a poder conseguirla en hipermercados o en la mayoría de los restaurantes del país, así como el nuevo boom del delivery a domicilio de parrilla. En todos los casos, queda claro que la demanda de carne no va a cesar.

Destinos de exportación

Entre los mercados favoritos de la Argentina están China e Israel, con los mayores volúmenes, seguidos por Chile y la Unión Europea, países donde se paga muy cara la carne nacional. Desde la apertura de exportaciones aparecieron otros mercados emergentes del consumo de carne, como Dubai y algunos países asiáticos donde la carne vacuna no era demasiado conocida.

El caso del cerdo y el pollo es muy distinto, ya que a diferencia de los últimos 12 años, en los que se priorizaba la producción local, se abrieron las importaciones desde Estados Unidos y Dinamarca, algo que logra precios más bajos en góndola a costa de la desaparición de la producción local. En términos de consumo interno, la carne de cerdo ostentaba 7,5 kilos per cápita hacia 1992, mientras que en la actualidad es de 17,6 kilos por persona por año.

El pollo se exporta a un ritmo de 270.000 toneladas si se toma el registro del año pasado. Esto es un pequeño porcentaje de la producción, que para este año resulta en alrededor de 2.120.000 toneladas de pollo. De acuerdo a la información que surge desde el Gobierno, se apunta a reducir la producción a 2.060.00 toneladas, en vísperas de una baja notoria del consumo de carne aviar en 2016 y principios de 2017.

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