FÁBRICAS CERRADAS
Fábricas cerradas, una postal de los tiempos que que corren.

Así lo reveló un informe elaborado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) junto al INDEC y sus cámaras asociadas, entre enero de 2016 y enero de este año cerraron 6.800 pymes y se perdieron más de 150 mil puestos de trabajo.

PdN se comunicó con el Miguel Calvete, titular de ese instituto para confirmar el dato. Según expresó el economista, «hubo publicaciones equivocadas que refirieron a este estudio como parte de una caída en los primeros meses de este año, pero lo cierto es que la proyección que arrojó estos datos, son tomando enero 2016 a enero 2017». Además aclaró que «hubo un parate en octubre donde se frenó un poco la ola de despidos en el sector privado», pero sí hubo miles de suspensiones.

También se difundió un supuesto informe elaborado por APYME (Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios) donde se sostiene que en lo que va de 2017 cerraron 1800 empresas. Desde la entidad refirieron a este medio que «no existe tal informe», aunque reconocieron que la cifra es razonable, y adelantaron están en plena elaboración de un estudio multidimensional, mucho más amplio y que refleja distintas variables que impactan sobre este sector productivo. Si bien negaron haber volcado cifras a la prensa, reconocieron que «los resultados parciales son alarmantes»

Una de las voces autorizadas de APYME es Julián Moreno, vicepresidente de esa entidad que representa a más de 10 mil empresarios de la micro, pequeña y mediana empresa, quien detalló que «particularmente las empresas electro intensivas están realmente muy mal por el aumento de tarifas. Las que compiten contra la apertura de importaciones de manera desleal están peor y las que dependen del mercado interno tienen firmada la sentencia de muerte en tanto y en cuanto no se reviertan las políticas regresivas que las afectan de lleno”.

También desde APYME se manifestó su gerente general, Roberto Ratti, quien confirmó la crisis que atraviesan comercios y pequeñas industrias como consecuencia de «la disminución del salario, el aumento masivo del desempleo -que produce un circulo vicioso que reduce la capacidad de compra de los trabajadores, clientes naturales de las pymes- y el ahogo financiero que reduce sustancialmente las posibilidades de inversión en este segmento de la economía».

Es decir, no existe -como dice la vicepresidenta Gabriela Michetti- una luz al final del túnel, en todo caso, si se ve algún débil destello lumínico, es seguramente una locomotora que viene a chocar de frente con todo lo construido luego de la crisis del 2001 y 2002 que ya había arrasado con el tejido productivo y con la economía en general

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