"Aeropuertos en alerta" - Foto: Ashim D Silva

Hoteles, aerolíneas y destinos sufrieron de manera repentina el colapso de la economía a nivel mundial con una pandemia que se minimizó desde el primer momento, principalmente en Europa.

Brasil, Argentina y las naciones sudamericanas empezaron a sacudirse en las últimas semanas con los primeros casos de “Coronavirus importado”. Ciudadanos que por ocio, trabajo o visitas sociales, contrajeron el virus y sin haberlo advertido subieron al avión de vuelta que los traía a su tierra que los vio partir. Ahora, Sudamérica diagrama estrategias a contrarreloj para resistir a lo que implica el contexto actual: cuarentenas obligatorias, aislamiento social, cierre de fronteras y prohibición de frecuentar lugares masivamente. Todos factores que amenazan con destruir las economías remendadas de muchos países que prácticamente vivían al día gracias a los ingresos del turismo.

Un alivio financiero

El Banco Mundial, entidad que vela por la ayuda financiera para los países en desarrollo tendría destinado una suma que alcanzaría los 2 billones de dólares. Todavía resta saber la suma enviada para cada país, aunque en las últimas horas Argentina recibió un envío de 300 millones de dólares que le servirán para continuar con el auxilio financiero para los sectores más vulnerables como trabajadores informales y monotributistas escala A y B. Además, el FMI y el Banco emitieron un comunicado que expresa la intención de suspender o postergar el reembolso de dinero que adeudan los países más pobres.

JP Morgan y un informe desalentador

El instituto de Estados Unidos referente en materia financiera realizó un informe predictivo en relación a las empresas y la cantidad de días que demoran en fundirse sin percibir ingresos. De esta investigación se desprende que en líneas generales un comercio apenas puede durar 27 días sin recibir fondos. Sin embargo, otros rubros como el sector hotelero y gastronómico que necesita de circulación humana para solventarse tienen reservas para sostener esta situación por 16 días. Así, las cadenas hoteleras como Howard Johnson y Decameron, con fuerte presencia en el Caribe, deberán replantearse sus estrategias de negocios a corto plazo. Ni hablar de los hoteles de menos estrellas, cabañas aisladas de la ciudad y los hostels compartidos que tendrán más dificultades ante la parálisis económica global.

Aeropuertos - Foto: Belinda Fewings

Algunos hoteles se transformaron en alojamientos de campaña o bunkers de guerra debido a la cancelación de vuelos. Así, los alojamientos se vieron obligados a ofrecer hospedaje de manera permanente y en algunos casos no cobran la estadía ni las comidas diarias. Son estos hoteles quienes en un esfuerzo al límite de sus posibilidades fidelizarán a sus clientes de cara al futuro próximo.

Viajes, paquetes y excursiones: ¿reprogramar o cancelar?

Puede resultar superficial, pero muchos están preocupados por la reprogramación de sus paquetes all inclusive, vuelos y excursiones que ya tenían pactados a corto plazo. Empresas turísticas y agencias de viaje online están haciendo todos sus esfuerzos en aumentar la dotación de personal para satisfacer la explosiva demanda en consultas, dudas y cambios que llegan de manera incansable por vía telefónica, chat o mail.

La decisión depende de cada uno. Lo cierto es que en el caso de viajes programados como los paquetes a Brasil, Europa y Asia es conveniente reprogramarlos a mediano plazo. Es decir, si te tocaba viajar en abril postergá el viaje a junio o julio y en caso de no poder viajar tampoco en esa fecha deberás cancelarlo, pese a la penalización que imponen algunas aerolíneas.

Algunas agencias de viaje online determinaron que tienen prioridad en el reclamo aquellos pasajeros con fechas de salida inmediatas (que no superen los 3 días) pudiendo reprogramar sus vuelos, viajes y paquetes a una fecha posterior o cancelar con alguna penalización según sea el caso. A su vez, todavía quedan personas varadas alrededor del mundo que no tienen forma de volver a sus hogares debido a la nula actividad de aerolíneas, cancelaciones a toda hora y reprogramaciones con más dudas que certezas. Aviones estacionados sin uso, equipajes reconvertidos a camas entre puertas que alguna vez fueron ingreso y egreso de personas y baños públicos que ofician de duchas comunitarias. Todo un panorama que se repite en tiempos de pandemia.

print