Terror a las urnas

Es llamativo el terror que tienen en ir a medirse en las urnas el próximo mes de octubre. Ya lo había dejado claro la vicepresidenta Gabriela Michetti hace pocas semanas cuando salió públicamente a proponer la posibilidad de «evitar la realización de las elecciones de medio término» al menos «durante un tiempo» con el argumento de «la competencia destructiva» que se genera entre los partidos políticos en años electorales «complica los planes de un gobierno«.

En este gobierno son cualquier cosa menos tontos. Sucede que los planes del macrismo son altamente perjudiciales para las clases populares y la idea de ir a elecciones en pocos meses, efectivamente va a complicar los planes del gobierno, porque buena parte de la sociedad está demostrando un profundo rechazo al rumbo que propone el presidente Mauricio Macri y su gabinete de CEOs. En 15 meses de gestión el gobierno llenó los bolsillos de agroexportadores, mineras, empresas productoras y distribuidoras de energía y el sistema especulativo financiero. Y todo ese dineral que volcó en estos sectores salió del bolsillo de asalariados y Pymes.

La vicepresidenta había hecho estas declaraciones tras reconocer que actualmente, por las elecciones legislativas que se realizarán en octubre próximo, «el clima político está tiñendo todas las cuestiones», sumado a que es «el momento de mayor confrontación de la sociedad», en referencia a la resistencia que genera entre los trabajadores las medidas económicas de la administración nacional.

Ahora, en un nuevo intento de saltearse ese instrumento soberano que entrega al pueblo la elección de las fuerzas políticas que ocuparan los escaños parlamentarios, y que la mayoría de las encuestas muestran que van a fortalecer a la oposición -complicándole al gobierno la negociación de leyes en el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales-, el oficialismo vuelve a reclamar la modificación del sistema de elecciones de medio término.

El argumento es el mismo, y sucede que tienen razón, afortunadamente para la inmensa mayoría que la está pasando muy mal, el resultado seguramente «no contribuirá -como esgrimen- a las políticas públicas de largo plazo».

El peronismo que de sonso tampoco tiene nada ya aviso que rechaza esta posibilidad y explicó que las parlamentarias sirven para «evaluar la gestión» y «no afectan» a la gobernabilidad.

La socialista Alicia Ciciliani como el radical Mario Barletta, ambos representantes por Santa Fe en la Cámara de Diputados, promovieron replicar el modelo de su provincia a nivel nacional y que el Congreso se renueve cada cuatro años junto a las presidenciales.

La kirchnerista Diana Conti, en cambio, expresó que las elecciones de medio tiempo «obligan al oficialismo a tener un diálogo con los otros sectores o hacer lo que está haciendo (Mauricio) Macri que es cerrar el Congreso de forma antirrepublicana y antidemocrática».

También la jefa del bloque por el Frente Renovador (FR), Graciela Camaño, rechazó los argumentos del oficialismo y resaltó que «este es un gobierno que empezó su mandato pensando en la elección de medio término» y remarcó que «muchas de las cosas que hizo están vinculadas con las elecciones».

La vicepresidenta Gabriela Michetti inauguró el debate cuando sugirió que «lo más efectivo sería, en vez de alargar la presidencia a seis años, por lo menos durante un tiempo evitar la elección de medio término».

«Si buscamos tener políticas públicas de largo plazo, tener elecciones nacionales cada dos años no contribuye a ese objetivo», completó el diputado macrista, Daniel Lipovetzky, en declaraciones a la prensa.

En tanto Conti calificó como «inoficioso» promover la eliminación de las elecciones de medio término, e incluso las revalorizó al argumentar que «son útiles, más allá que sean fatigosas, porque le permiten al pueblo ejercer su soberanía y expresarse respecto de su preferencia política».

«En un país tan inestable políticamente como la Argentina sacarlas es un gran error porque se priva a la sociedad de ejercer su facultad de controlar la gestión», evaluó el salteño Pablo Kosiner, a una agencia de noticias.

Por su parte, Camaño explicó que para eliminar las elecciones de medio término «se requiere modificar la Constitución nacional, y ese es un tema para los argentinos y lo que la Constitución dice es lo que hay que respetar».

«El funcionamiento del Congreso se ve afectado cuando los presidentes de las cámaras no convocan a las sesiones porque tranquilamente se puede hacer una campaña y sesionar», resaltó.

En medio de esta discusión, Ciciliani promocionó el modelo santafesino porque «no hay elecciones (provinciales) de medio término y hay una planificación a largo plazo porque los diputados y senadores se eligen con el gobernador» y propone «hacer una reunión de partidos y retomar la reforma política, optar por la boleta única de papel, tratar el financiamiento de las campañas y en ese marco sumar esta cuestión de las elecciones de medio término, no tomarla separadamente».

A su tiempo, Barletta consideró que «vale la pena estudiar y analizar la experiencia de Santa Fe porque la provincia ha funcionado perfectamente bien» y planteó que las elecciones legislativas generan «una exigencia excesiva cada año electoral».

Cuando se refieren a este tema lo plantean como algo a discutir de cara al futuro, pero con esta gente no hay que descuidarse, porque ante la más mínima distracción, arrasan con todo el sistema democrático.

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