Luego de una discusión express en comisión, llegó al recinto un dictamen de mayoría motorizado por el macrismo y arreglado tras bambalinas con el massismo, que solo resulta un paliativo para la situación terminal en que se encuentran las pequeñas y medianas empresas.

Con la sanción de esta ley si el senado la aprueba tal como será girada, el macrismo se llenará la boca durante buen tiempo vendiendo a la sociedad una solución hacia el sector más productivo del país, en el marco de un amplio consenso logrado en el Congreso Nacional, que en términos genuinos, no es otra cosa que «pan y circo» ya que no representa verdaderas soluciones a los empresarios nacionales que atraviesan una fase terminal y que eventualmente deberán cerrar sus fábricas con la consecuente pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo.

Distintas organizaciones referentes del sector fueron categóricas en la necesidad de revisar los cuadros tarifarios que pagan las Pymes, y que les resulta imposible afrontar en medio de una recesión, baja de producción y retracción del mercado interno, andamiaje sobre el que se montan estos verdaderos actores de la industria nacional.

Desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME), advirtieron a los legisladores que «en este contexto las medidas que se proponen son parciales, sesgadas e ineficaces para evitar el inminente cierre de miles de empresas, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo».


La ley que aprobó la cámara baja es una aspirina para tratar una enfermedad terminal, sostuvo Juan José Sisca, histórico dirigente Pyme de la Ciudad de Rosario


Sucede que en el proyecto que finalmente obtuvo media sanción esta medianoche, no se tienen en cuenta puntos fundamentales que se plantearon oportunamente desde el sector, como la retracción de los tarifazos en gas, electricidad y agua. Tampoco se atiende la necesidad de retomar y extender los planes de facilidades permanentes de AFIP, que hoy contienen limitaciones serias para las Pymes.

Otros ejes esenciales en la emergencia consisten en contar con líneas efectivas y accesibles de créditos para capital de trabajo y nóminas salariales, medidas de fomento de la demanda interna, apoyo a las exportaciones Pymes y protección de la producción nacional.

En cambio, las iniciativas que ahora serán giradas al senado, se basan sobre el estímulo a la inversión y beneficios a cuenta del pago de Ganancias. Esto supone, por una parte, un diferimiento en su aplicación efectiva. Por otra parte, se postula una realidad ficticia, ya que precisamente el principal problema es que las Pymes hoy no cuentan con rentabilidad y capacidad de pago como para encarar inversiones.

Una medida eficaz sería aplicar los beneficios que se proponen sobre el pago de otros impuestos, como aportes patronales. 

Un punto positivo del proyecto, como la ampliación de los Repro, será de trágica utilidad si decenas de miles de de empresas quedan al borde del cierre y el despido de empleados. Se trata de no llegar a esa instancia.

El proyecto que finalmente primó en la votación, por el cual se crea el Régimen de Fomento de Inversiones para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, obtuvo 196 votos positivos, gracias al apoyo de los representantes de Cambiemos, el Frente Renovador, el bloque Justicialista y del Frente para la Victoria (FpV), y sólo tres negativos.
El programa orientado a un universo de casi 900 mil pymes irá desde el próximo viernes 1 de julio de 2016 hasta el 31 de diciembre de 2018 y tendrá un costo fiscal estimado de unos 15.000 millones de pesos para el primer año.

La propuesta incluye cinco capítulos fundamentales, entre los que se destacan la incorporación de los REPRO (Programas de Recuperación Productiva), que se eleva un 50 por ciento en el caso de las pymes, tal como recomendó el massismo durante su tratamiento en comisión.

Asimismo, se acordó que las micro y pequeñas empresas paguen el IVA a 90 días de facturado, a la vez que se faculta a la AFIP para que haga un sistema simplificado de impuesto para ese sector.

Las pymes que realicen inversiones productivas tendrán derecho a computar como pago a cuenta en concepto de Impuesto a las Ganancias un 10 por ciento sobre el valor de las inversiones productivas, pero no podrá superar el 2 por ciento del promedio de los ingresos netos mensuales obtenidos en concepto de ventas, prestaciones o locaciones de obra o de servicios.

Durante el debate, el massista y dirigente de la UIA José Ignacio De Mendiguren resaltó el papel de las pymes porque “es el motor que tiene que tener la Argentina si aspira a un crecimiento inclusivo”, al tiempo que advirtió que el sector atraviesa “una situación compleja”.

Por su parte, el presidente de la comisión de Pymes, Pablo Kosiner (bloque Justicialista), afirmó que con este proyecto de ley se está “saldando una deuda con el desarrollo y el fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa”, en tanto describió “la problemática creciente” del sector por “el aumento de costos, el impacto de las tarifas, el aumento de alquileres y la disminución de la venta”.

En tanto, el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el macrista Luciano Laspina, indicó que el dictamen mayoritario “rescata lo mejor de cada proyecto”.

Desde el Frente para la Victoria, el exministro de Economía Axel Kicillof anticipó el acompañamiento en general del bloque a la iniciativa pero reclamó al Gobierno “que modifique la política económica”.

Sin embargo, Juan José Sisca, histórico dirigente Pyme de la Ciudad de Rosario, sostuvo en distintos medios que la iniciativa «es una aspirina para tratar un enfermedad terminal».

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