El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva, decretó la intervención federal de Brasilia para que actúen fuerzas de seguridad y miliares hasta el próximo 31 de enero, mientras que garantizó que todos los responsables de lo que calificó como una «barbarie» contra la democracia, a los que llamó «fascistas», serán castigados.

El decreto implica que las fuerzas federales «pueden actuar» para preservar la seguridad en Brasilia.

«Quien haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser castigados», expresó.

«Y vamos a averiguar quiénes son los financistas de los que fueron hoy a Brasilia, y todos pagarán con fuerza de ley«, señaló el presidente.

Lula se manifestó de ese modo luego que centenares de militantes radicalizados tomaran las sedes de los poderes judicial, legislativo y ejecutivo (El Planalto), donde causaron destrozos.
El presidente cuestionó las actuaciones de la Policía Militar, al señalar que «algunos se encontraron guiando a los vándalos», por lo que anticipó que habrá una investigación al respecto.
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