Así entraba el cuerpo hallado en Chubut a la morgue judicial

El cuerpo hallado el martes en el río Chubut -presuntamente de Santiago Maldonado– entró ayer a la morgue tras ser trasladado con la custodia de personal del Juzgado Federal de Esquel, los peritos de la parte querellante por la víctima -Mario Coriolano y Alejandro Inchaurregui– del Equipo Argentino de Antropología Forense y de la fiscalía.

Con una filmadora encendida, el cadáver fue colocado en un cajón que fue sellado, precintado y firmado por los representantes de las cinco querellas y del único imputado por la desaparición de Maldonado, el gendarme Emmanuel Echazú.

Echazú, quien se presentó espontáneamente en el juzgado, es el agente que tuvo un corte en la cara el 1 de agosto cuando la Gendarmería desalojó por la fuerza a los pobladores mapuches de la comunidad Pu Lof que protestaban por tierras sobre la ruta 40.

El cuerpo será sometido hoy -desde las 9.30- a una autopsia para determinar la causa de la muerte, mientras que el ADN que determinará la identidad será realizado en Córdoba, con un plazo de entre tres y siete días, por lo que la identidad se develará la semana que viene, después del domingo electoral que definirá el futuro Congreso y también la distribución del poder.

Pequeñas muestras del cuerpo llegarán a Córdoba para que el laboratorio genético del Equipo Argentino Antropología Forense (EAAF), que dirige Carlos Vullo, determine su perfil de ADN y lo coteje con los de los padres de Santiago Maldonado.

El laboratorio de Vullo, ubicado en el barrio Nueva Córdoba, se integró a las investigaciones del EAAF desde 2003, en los trabajos derivados de la fosa común en el cementerio San Vicente, donde se encontraron restos de víctimas de la represión de los años 70.

La familia del joven respaldó el accionar del juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, y volvió a cuestionar a la Casa Rosada, tras catalogar de “provocación” el viaje del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, a Esquel.

La fiscal del caso, Silvina Ávila, puso ayer la lupa sobre el testigo encubierto que aportó el dato clave para el hallazgo del cuerpo, unos 300 metros río arriba del lugar en el que se lo vio por última vez a Maldonado cuando era perseguido por la Gendarmería.

El “testigo E” -mencionado así en el expediente por la protección de su identidad- fue quien dio el dato a partir del cual el juez Lleral ordenó el quinto rastrillaje en la zona de Resistencia de Cushamen, al noroeste del Chubut, desde que se inició la causa el 1 de agosto.

Lo que genera zozobra en cada eslabón del caso es la idea de que el cadáver hallado en el río haya sido “plantado”. Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado, dijo que ese mismo lugar había sido rastrillado ya en cuatro oportunidades.

La vocera del Pu Lof de Cushamen Soraya Maicoño insistió en que allí “se realizaron cuatro rastrillajes”, dos de ellos muy minuciosos con 300 personas en territorio, canes, drones y embarcaciones. “Ese bulto, que terminó siendo el cuerpo, no estaba allí días antes”, dijo.

El último informe conocido de la Prefectura contradice esa versión: indica que los buzos, en especial los integrantes de la Estación de Salvamento y Buceo de Bariloche, sólo habían ido río abajo y no habían pasado por allí, tampoco los agentes de tierra con perros adiestrados.

Mientras tanto, el gobierno busca demorar los resultados para evitar una catástrofe electoral que ponga en jaque las políticas que tiene en agenda el macrismo para fin de año, cuando quede firme la nueva composición del Congreso Nacional, donde necesita aumentar su cantidad de diputados y senadores para pasar leyes antipopulares que irán en detrimento de los trabajadores y sus derechos adquiridos.

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