Ratificó el rumbo económico
Rogelio Frigerio, ministro del Interior.

En una entrevista que concedió Frigerio al diario Popular, el gobierno vuelve a mostrar una posición completamente alejada de la realidad que vive la mayoría de los argentinos. Según el funcionario encargado de manejar la relación del Ejecutivo con las provincias, «más allá de la validez de cualquier reclamo gremial vemos que, salvo por algún sector puntual, no hay un problema económico general»

Mientras todos los indicadores económicos y productivos muestran una recesión que se profundiza cada día más, Frigerio dice que «dejó de caer la actividad, se recupera el empleo y la inflación está a la baja. No hay un problema sistémico pero sí algunos puntuales».

Lo cierto es que la actividad productiva no podría estar peor, la apertura de importaciones compite diréctamente con la producción nacional y las pymes. En enero, el uso de la capacidad instalada apenas alcanzó un magro 60%, es decir con una industria totalmente parada, es al menos ingenuo pensar que van a llover inversiones.

«Nunca rompimos el diálogo con los referentes sindicales porque creemos que es el vehículo para alcanzar las soluciones. Pero los incidentes marcaron algo que sospechábamos y era el trasfondo electoral que tenía la movilización, algo que se pudo ver con aquellos que quisieron subir al palco (por Aníbal Fernández) y algunos personajes que se vieron en las cercanías».

El ministro resaltó el acompañamiento que el año pasado tuvieron los representantes de los trabajadores, aportando -según su punto de vista- gobernabilidad al Ejecutivo.

«Nos confunde lo que ocurre ahora ya que las variables dan mejor, estamos dejando atrás lo peor y vemos que confrontan de esta manera».

El nieto del referente del desarrollismo y fundador del MID (Movimiento de Integración y Desarrollo) también se refirió al informe sobre pobreza e indigencia que publicó la UCA, donde se advierte que 1 de cada 3 argentinos es pobre y que en los primeros 9 meses del gobierno de Mauricio Macri, 1,5 millones de personas pasaron a ser pobres.

«Ha salido este número de pobreza medida por ingresos, que está vinculada a la inflación que ya lleva más de 10 años por el alza de precios y por 5 años en los que no se crea trabajo genuino. Cuando se consolide la baja de la inflación y se creen más empleos va a comenzar a bajar la pobreza». Pese a que la sensación en la calle es que la pobreza, en realidad, sigue en franco aumento y todos los días más familias quedan por debajo de la línea que marca el quiebre entre una clase social y otra, producto del deterioro del salario y los fuertes aumentos en alimentos y servicios.

Sin embargo, al gobierno le sigue preocupando la importancia de «decirnos la verdad», tal como repite el presidente MAcri hasta el hartazgo.

«Ahora tenemos al INDEC para medir: no olvidemos que el estudio de la UCA surgió por la toma del INDEC por parte de Moreno y la caída de las estadísticas públicas. Con la recuperación de este organismo vamos a poder medir el avance en lo que va del año de una mejora en los índices. Incluso la misma pobreza estructural también va a sentir el impacto (beneficioso) de las obras de hábitat en cloacas y viviendas».

La sensación en general es que con una error tan grueso de diagnóstico, difícilmente se pueda llegar a una solución concreta para las familias argentinas que siguen sufriendo las embestidas de este proyecto político-económico.

 

 

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