En un descuido, el politólogo Fernando Iglesias, ahora devenido en candidato macirita, abandonó la instalación electoral para retomar su carrera de librepensador y ensayó una extraña y ridícula hipótesis sobre el futuro del Movimiento Nacional Peronista. Según su visión, no solo es el responsable de todos los males, sino que ha llegado a una instancia en que solo le quedan dos caminos: renovarse o quedar reducido a una secta de adoradores de Perón y Evita.
«Me parece que hemos llegado a un punto donde pueden pasar solo dos cosas que mejoran la situación -dijo y enumeró- una es que el peronismo finalmente cumpla con su promesa de 1983, que es renovarse, transformarse en un partido republicano, respetuoso de las instituciones. Un partido que cuando llega al poder no saquea y que cuando se queda afuera del poder no organiza saqueos para sacar a los que subieron -en relación al paseo en helicóptero de Fernando De la Rúa-, un partido normal, entre otros partidos y no el representante único de la patria y el pueblo», sostuvo en una entrevista con el también periodista librepensador, Joaquín Morales Solá.
«Si el peronismo se transforma en eso es un paso adelante», consideró el pretendido experto en temas políticos. Pero fue por más «si no lo hace, desaparece. Va a quedar como una secta de adoradores de Perón y Evita como los adoradores del Gauchito Gil», lo que demuestra que su experiencia no sería tan basta en cuestiones justicialista.
«Cualquiera de las dos opciones, el peronismo renovado o relegado a una expresión mínima es positiva para el país y ojalá dé lugar a una democracia mejor que la que hemos tenido hasta ahora», sentenció.
En otro tramo de la entrevista se refirió al futuro de la expresidenta, Cristina Fernández, que mañana lanza su espacio Unidad Ciudadana en un mega acto en el estadio Humberto Grondona del club Arsenal de Sarandí.
«Yo espero que el futuro de Cristina sea la cárcel ya. Es una lastima para el país que no sea ya la cárcel», aseguró el candidato macrista.
Según el politólogo hay pruebas tan abundantes, hace tanto tiempo, sobre casos de corrupción bajo su mandato que en ningún otro país estaría libre.
Iglesias se ubicó como un optimista en relación al futuro de la expresidenta, pero aclaró que no tiene que ver con la buena fortuna de Cristina, sino todo lo contrario.
Además ensayó una hipótesis que viene agitando por lo bajo el gobierno hace rato y que tiene que ver con que el objetivo de su candidatura solo busca obtener fueros que la blinden ante un posible avance de la justicia.
Finalmente, Fernando Iglesias advirtió a la ciudadanía que reflexione hacia donde dirige el voto, porque según su visión los jueces federales que tramitan las causas de corrupción son producto del peronismo, que desde 1983 hasta acá tuvo el control de la justicia y el senado, que se encarga de nombrarlos. Por eso, solapadamente y retomando su rol de opinólogo y no lo que realmente es, candidato oficialista, instó a repensar a qué fuerza se va a acompañar en las próximas elecciones legislativas.
Fernando Iglesias se mostrará mañana en la marcha que organizaron los troles de Marcos Peña a Comodoro Py, supuestamente para pedir a los jueces federales que avancen contra los casos de corrupción que tramita (o mejor dicho que metan presa a Cristina). Una escenificación que busca restar protagonismo al acto multitudinario que lanzará el espacio de la ex presidenta en la contienda que disputará en territorio bonaerense.