La temporada verano se las trae y los uruguayos no quieren que el coronavirus ingrese al país con los argentinos que veranean en las playas orientales, pero a la vez, no recibir el turismo vernáculo se traducen en la pérdida de más de 1500 millones de dólares, perdidas de puestos de trabajo que se cuentan en decenas de miles y la ruptura de toda la cadena de valor vinculada al turismo que reúne unas 3000 empresas.

Pese no presentar numerosos casos y continuar casi con una vida “normal” ya están buscando alternativas para que los dólares argentos puedan llegar en la temporada. En este contexto, Juan Martínez, presidente de la Cámara de Turismo de Uruguay, informó que se ideó un “pasaporte sanitario” para los extranjeros que vengan al país, junto con un aumento en los hisopados y una reducción del tiempo en cuarentena.

Una de las medidas es crear “un pasaporte sanitario que tenga la certeza y trazabilidad desde el origen”, indicó Martínez al diario local El País: “O sea que si está en Argentina empiece en Argentina, en Brasil, en España”. La trazabilidad se realizaría de manera digital con el objetivo de que se pueda saber si “esa persona los cinco días antes de viajar se hizo un hisopado negativo y que durante los cinco días previos al viaje no estuvo en contacto con nadie contagiado”.

El presidente de la Cámara de Turismo explicó que este pasaporte posibilitaría a su vez reducir el tiempo en cuarentena del extranjero que llegue al país a 48 horas. “Prácticamente la mayoría de la cuarentena la realizaría en el exterior”, indicó a medios uruguayos. “En esa línea venimos avanzando, con un equipo y una empresa que viene trabajando en digitalización y en todo lo que es el control médico, para lograr generar la seguridad de que (el turista) ingresa en estas condiciones y por lo menos no va a emitir contagios”, informó Martínez.

Según se informó, habría un incremento en la cantidad de hisopados solicitados. En total, el turista tendría que pagar cuatro tests: dos antes de salir al país y dos luego de llegar. “Somos conscientes de que no todos se lo podrían pagar, pero es una manera de ir controlando y de ir abriendo de a poquito las fronteras para reactivar algunos sectores y algunos sentidos, como Montevideo, que es uno de los más paralizados, pero sobre todo saber que el que ingresa, ingresa sano”, explicaron.

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