Por Gabriel Eiriz (despedido de Télam)
En una actitud digna de un personaje siniestro, autoritario y deleznable, el ex ministro de Cultura -degradado a Secretario por su propio Gobierno- Pablo Avelluto, lamentó «no haber hecho más para cerrar la Agencia Télam y la TV Pública«, organismos fundamentales para la libertad de expresión.
El exfuncionario, condenado al ostracismo por su propio espacio político, miente deliberadamente. Hizo todo lo posible junto a Hernán Lombardi por desaparecer los medios públicos. En Radio Nacional, cerró docenas de emisoras provinciales y centralizó todo en la central nacional. Redujo personal y eliminó horas y horas de producción artística propia. Convirtió la radio en una maquina de perseguir kirchneristas. Además se realizaron prácticas de corte dictatorial, censuraban y apretaban a los periodistas.
Un comunicado de los trabajadores y trabajadoras de la Radio de agosto de 2019 denunciaba que “La censura ya es rutina en el informativo de Radio Nacional. Al cumplirse el segundo aniversario de la desaparición de Santiago Maldonado, se envió un móvil a Plaza de Mayo, pero no emitió informe. Más claro… imposible.
En Télam, la gestión PRO encabezada por Rodolfo Pousá trabajó denodadamente para cerrar la agencia. Despidió a 357 trabajadores que mantuvieron 119 días de medidas de fuerza con ocupación pacífica de los edificios de Avenida Belgrano y calle Bolivar, donde funcionaba la agencia estatal. Como respuesta, el macrismo mudó a Técnópolis una reducida dotación de personal para funcionar casi en la clandestinidad como una usina de propaganda amarilla. Los sindicatos SipreBA y Sitrapren, junto a los y las trabajadoras de Télam lograron, vía acciones judiciales, la reincorporación de la mayoría de los despedidos y despedidas. La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, a través de la sala V, fue la que confirmó en fallo unánime la reincorporación de los últimos 12 trabajadores con sentencia judicial pendiente que habían sido despedidos por Hernán Lombardi, con lo que se refrendó la ilegalidad de su plan de despidos. Con ese cuadro se abrió el terreno propicio para resolver, por la vía política, el desmadre judicial que propició la gestión de Rodolfo Pousá.
No obstante, la nueva Gestión aún no dio solución a quienes quedaron afuera, ya sea por no litigar o por no transar con la dirección dictatorial de Pousá, Carlos Villodo, Ricardo Carpena y Magdalena Cash. Tampoco despidió a los jerarcas macristas que aún perciben salarios de casi 200 mil pesos y no trabajan, que quedaron enquistados dentro de la agencia estatal.
La TV Pública no la pasó mejor. Los trabajadores lograron evitar los despidos pero se redujo sustancialmente la producción propia. Se redujeron y congelaron salarios durante dos años. Además, se propició la producción de enlatados, muchos de ellos de militantes macristas, como el caso de Federico Andahazi, que cobró 10 millones de pesos por un producto que no llegó a medir ni centésimas de rating.
Sin embargo, en lo que sí se esforzó, y mucho, Avelluto, fue en desvalijar el etonces ministerio de Cultura que estaba a su cargo. En un video difundido en septiembre del pasado 2019 se ve a su novia desvalijando una oficina repleta de equipamiento audiovisual valuado en cientos de miles de dólares.
«En calidad de novia de Avelluto se apersono en el área de audiovisuales y se llevó todos los equipos, que valen un fangote de guita, por lo que dejaron de producir contenido», explicó el periodista Alejandro Bercovich, quien difundió las imágenes en C5N. «Una isla de sonido, desapareció completamente», agregó.
En las imágenes se ve a un mujer rubia, vestida casual a quien se identifica como Carolina Azzi, ahora mujer de Avelluto y madre de su último hijo, que llega al hall del Ministerio el martes 1 de mayo de 2016, al rededor de las 10:25 y durante más de dos horas, se encargó de desvalijar el ministerio con ayuda del personal que acata las ordenes al saber que era de vínculo con Avelluto.
Entonces, Avelluto debiera llamarse a silencio y en todo caso reconocer que fue la lucha gremial la que bloqueó las aspiraciones de vaciamiento, parcialmente concretada, que el macrismo diseñó para los medios públicos, que aún no logran recuperarse del golpe que recibieron. El presidenta Alberto Fernández prometió volver a poner de pie a los medios públicos y hasta donde se sabe, se trabaja en es camino. Esperemos que no quede en la mitad.
La respuesta de los trabajadores actuales y despedidos de Télam:
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