El siempre polémico periodista-operador del macrismo, Eduardo Feinmann embistió contra los trabajadores argentinos al considerarlos menos responsables que los hermanos venezolanos que Argentina recibe con los brazos abiertos.

Según explicó en su programa de A24, el empresariado local prefiere contratar empleados del país caribeño porque «el venezolano no falta aunque llueva o haga frio, no le importa la cantidad de horas que deba trabajar y siempre lo hace de buen humor».

Es decir, según el conductor los argentinos no cumplen con esas condiciones. Cabe de atacar que Argentina sancionó en 1929 la Ley 11.544, la cual reguló la duración de la jornada laboral y estableció que las no pueden superar las 8 horas diarias o las 48 horas semanales.

En el caso de los venezolanos es sabido que llegan al país en condiciones de absoluta precariedad y necesitan conseguir un empleo de inmediato lo cual los pone en una situación de emergencia y aceptan ser sometidos a condiciones inhumanas y contrarias a cualquier convenio colectivo de trabajo. Esto es lo que pregona el periodista.

El caso más representativo es el delivey en bicicleta, la primer escala laboral para cualquier inmigrante de Venezuela. Los mensajeros ganan alrededor de $40 por cada viaje más lo que obtengan de propina, si la hay. Los más «formalizados» están dado de alta como monotributistas y cobran contra factura.

Esta modalidad -en particular los que trabajan en negro- no tienen garantizado el mas mínimo derecho laboral. No cuentan con aportes jubilatorios ni obras social. Tampoco perciben aguinaldo o vacaciones pagas. Se desempeñan en la más absoluta precariedad. Una realidad lamentable que desde el periodismo oficialista promueven como la solución al problema de desempleo en Argentina que en la última medición del INDEC reveló que ya supera los dos dígitos acomodándose en el primer trimestre de este año en un preocupante 10,1%.

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1 Comentario

  1. Este tipo que sufre de esquizofrenia, en un País normal, no podría estar en un medio de comunicación, porque es insalubre para la sociedad.

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