El titular de la cartera de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay abrió hoy la jornada organizada por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham) en el predio de la Sociedad Rural en Palermo, con motivo de la visita del presidente estadounidense Barack Obama, ocasión en la que definió que “estamos en medio de una transición y no esperamos resultados extraordinarios en la primera mitad del año”.
El ministro manifestó, sin embargo, su convencimiento de que “en la segunda mitad va a reaparecer el crecimiento, bajar la inflación y llegaremos a fin de año a una situación de economía ordenada, en crecimiento, con confianza, con vocación de incorporar inmensos proyectos de inversión locales y extranjeros, y la posibilidad de mirar el largo plazo”.
Hasta ahora estuvimos acomodando la basura
Las palabras del ex JP Morgan suenan muy alentadoras, sin embargo el camino elegido para «el crecimiento» no parece apuntar en esa dirección. Las primeras medidas adoptadas por el macrismo tienden a favorecer a los sectores más concentrados, prueba de esto es la fenomenal transferencia de recursos que impulsó el gobierno desde los sectores populares hacia los más potentados.
Medidas como la mega devaluación, que impactó inmediatamente en los precios, el tarifazo en materia energética que afectó directamente a las pequeñas y medianas empresas y favorecer a los sectores agroexportadores con la quita de impuestos, solo han propiciado un enfriamiento en la economía con su consecuente caída en el consumo y el achicamiento del mercado interno, otrora motor de la economía local.
No obstante, titular de la cartera de Hacienda está contento, durante su exposición destacó el consenso en el Congreso para acordar con los fondos buitre, y dijo que “cuando se apruebe el proyecto habremos concluido la primera etapa y estaremos al fin del principio”.
estamos iniciando un ciclo que será visto como una verdadera bisagra
“Hasta ahora estuvimos acomodando la basura, sin hacer lo que hicimos era imposible arrancar; estamos en el precalentamiento y entrando a las gateras”, graficó Prat Gay.
La visión optimista de Prat Gay confronta con quienes entienden la economía como un ciencia social y no una simple operación matemática, donde uno y uno son dos. Según el funcionario se pueden resaltar tres grandes avances logrados desde la asunción del gobierno: la salida del cepo, “como instrumento emblemático de todas las cosas que se hicieron mal”; las acciones hacia la recuperación del crédito internacional, y el afianzamiento de la gobernabilidad. Una visión algo sesgada para otros sectores de la economía.
La eliminación de restricciones cambiarias “quitó presión y ahogo sobre una economía que venía desahuciándose”, mientras haber encaminado la relación financiera externa “era necesario, porque el mercado de capitales local es pequeño y se achicó más con el destrato y vapuleo a las reglas de juego”, dijo sin ponerse colorado.
Ante un millar de empresarios locales, en gran medida directivos de las más de 600 empresas estadounidenses con filiales en el país, el ministro remarcó la posibilidad de “ponerse al día con una deuda de más de 15 años”. Aunque le faltó agregar que lo hará a través de un nuevo nuevo endeudamiento, que el mismo Roberto Lavagna calificó como «caro y malo».
“Arrancamos 5 a 0 en contra con todos los prejuicios en contra –comparó el titular de Hacienda-, pero gracias al secretario de Finanzas, Luis Caputo (para quien pidió un aplauso a la audiencia) pudimos convencer de que esto era necesario”.
El línea con la ya conocida práctica de cargar las tintas sobre la «pesada herencia», el ministro sostuvo que “venimos de una economía sobreregulada, en la que para todo había que pedir permiso, y con bajísima competitividad, también por atraso cambiario”.
“Una economía también muy poco apalancada, ya que el paradigma del desendeudamiento fue un gran verso y tuvo su correlato en el sector privado, al no haber condiciones atractivas para la inversión; lo cual es una buena noticia hacia adelante, pero hacia atrás es el reflejo de lo que pudo haberse hecho con esos recursos que estaban disponibles, y no se hizo”, añadió.
Según la visión del ministro, “en los últimos cuatro años destruimos potencial de crecimiento de Producto Interno Bruto, por lo cual, sólo con haber liberado el ahogo de las restricciones, con más crédito y más foco en inversión en la infraestructura, con eso nomás, Argentina tiene al alcance de su mano 10 o 12 puntos del PIB sin esfuerzo”.
Cabe destacar que esos 10 o 12 puntos del PBI, también se engrosaron con la baja en el gasto público, esto es programas de asistencia social, educativos y sanitarios, que ya no se prestan a los sectores más vulnerables de la población. Por citar un ejemplo, las políticas de asistencia a los pequeños productores agrarios mediante la subsecretaría de Agricultura Familiar, que brindaba recursos a comunidades indígenas y está en vías de desaparición.
Según consideró Prat Gay, “en los próximos meses habrá que prestar atención a tres capítulos de la macroeconomía: la balanza comercial, la situación fiscal y la inflación, y el tercero es el que más nos preocupa, pero hay que resolver los tres al mismo tiempo”.
Como aspecto favorable, señaló que entre enero y comienzos de febrero hubo un “rebote muy importante” del saldo comercial, medido en volúmenes: “las exportaciones aumentaron al ritmo más alto en dos años y medio, y eso no fue magia, fue ordenar y dejar de creer en papelitos de colores”, expresó.
Prat Gay instó por último a los empresarios a confiar en el “cambio de clima” y en la “capacidad que tiene la Argentina de reconfigurarse: estamos iniciando un ciclo que será visto como una verdadera bisagra, después de tantos porrazos que nos pegamos en los últimos años”.