Carlos Heller, diputado Nacional por el Frente de Todos y presidente del Banco Credicoop

Según declaraciones del diputado Nacional por el Partido Solidario, “está claro que el 7% (de los acreedores) o buena parte de ese 7% tenía, desde el momento en que compró bonos en default a precios irrisorios, la pretensión de judicializar y no de arreglar. Por lo tanto, el no arreglo de ninguna manera es imputable a una falta de voluntad de la gestión anterior sino a la decisión previa asumida por quienes compraron esos bonos para litigar y obtener la ganancia sideral que pretender obtener”, sostuvo el diputado nacional Carlos Heller (Partido Solidario, aliado del FPV) durante el debate en comisión del proyecto de ley que envió el Poder Ejecutivo para derogar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano.

“El anterior gobierno nunca dijo «a estos no les queremos pagar». Cuando se abrió el canje 2005 era para el 100% de los acreedores y entraron los que quisieron entrar y cuando se reabrió en el 2010 era para todos los que no habían entrado en el 2005”, añadió el Vicepresidente Primero de la Comisión de Finanzas.

¿por qué diablos tenemos que derogar la ley cerrojo? ¡Vayan directamente y paguen!”

El legislador continuó su intervención haciendo foco en si hay riesgo o no respecto de los acreedores que entraron a los canjes 2005 y 2010: “Voy a volver a repetir lo que le dije al ministro Prat-Gay en oportunidad de su presencia aquí. El artículo 2° de la Ley 26.886 que se pretende derogar dice «Los términos y condiciones financieras que se ofrezcan no podrán ser mejores que los ofrecidos a los acreedores en la reestructuración de deuda dispuesta por el Decreto N 563/10». Acá se ha dicho que es potestad de este Congreso anular esta ley, derogarla, dictar otra, e indudablemente es así.

Lo que está en discusión no es si este Congreso tiene esa potestad, lo que está en discusión es si un tercero, que actuó en función de la existencia de esta ley, tiene derecho a reclamar cuando el Estado decide cambiar la regla. Porque ese 93% aceptó no porque era amigo dilecto de la Argentina sino porque creyó que era la mejor condición que podía obtener. Y tuvo un compromiso del Estado nacional, convertido en ley, que le decía que no iba a haber ninguna condición mejor”, fundamentó Heller.

“Varios diputados, entre ellos (Fernando) Sánchez, han planteado que en realidad no se trata de un acuerdo sino de un fallo que hay que cumplir. Me surge una pregunta, desde mi condición de no abogado, si efectivamente no es un acuerdo, y es un fallo que hay que cumplir, ¿por qué diablos tenemos que derogar la ley cerrojo? ¡Vayan directamente y paguen!”, agregó Heller en tono irónico.

“Al mismo tiempo dicen que hemos logrado una quita respecto de esa sentencia. Quiere decir que entonces hay una capacidad de negociación, se está negociando, y así como se logró esa quita, si hubiera una posición de mayor firmeza posiblemente se podrían negociar mejores condiciones”, reclamó el legislador.

“El canje 2005, que para el entonces diputado Prat-Gay era ruinoso para el país, es mucho más barato que este acuerdo que (el Ejecutivo) está proponiendo. Si aquel era ruinoso, éste es ruinosísimo e inaceptable”, subrayó el diputado.

Heller anunció que como titular del unibloque Solidario-SI presentó un dictamen en minoría, con una propuesta similar a la que expresó Kicillof. Heller explicó que su dictamen “propone pagarle a quienes quedaron fuera de los canjes 2005-2010 como si hubieran ingresado en el momento original en que el Estado Argentino le ofreció a todos sus acreedores igualdad de trato”. “¿Por qué no ir con una propuesta: «miren, estamos dispuestos a pagarles lo mismo que hubieran cobrado si hubieran entrado en el 2005, con todos los cupones que se devengaron desde el 2005 hasta aquí»”, ejemplificó el legislador por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Finalmente, y dirigiéndose a los diputados que apoyan la derogación de la Ley Cerrojo, Heller manifestó. “Endeudarse no es malo en sí mismo, el asunto es con quién se endeuda uno y para qué, una cosa es tomar deuda con organismos financieros internacionales o con Estados para desarrollar proyectos de infraestructura, proyectos que hacen al desarrollo nacional, y otra es abrir libremente el país a la entrada de capitales que solo vienen si se le dan condiciones excepcionales, y esas condiciones excepcionales siempre tienen que ver con bajos salarios, desregulación laboral, bajos impuestos y facilidades para llevarse la plata cuando quieran.

Si ustedes están esperando que con esto el país resuelva sus problemas, que tengamos pleno empleo y se construya la pobreza cero, me parece que están profundamente equivocados”, concluyó.

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