El polémico abogado de Clarín, ahora presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sigue generando controversia. Carlos Rosenkrantz llegó al máximo tribuanl en 2016, propuesto por el presidente Mauricio Macri «en comisión», por decreto, medida que luego fue revertida ya que fue aprobado por Senado. Sin perjuicio de ello, su designación fue irregular y amañanada desde el minuto uno.

Pero los escándalos no quedaron atrás, el flamante presidente de la CSJN comenzó, poco después con una serie de designaciones que lo pusieron en el ojo de la tormenta y es señalado por sus pares por prácticas de nepotismo.

Siguiendo los pasos de Elena Highton de Nolasco, su nueva socia en la Corte y quien compartió junto a él un ameno almuerzo con el presidente de la Nación, -que nombró a su hija Elenita como Secretaria de Relaciones de Consumo, con rango de Camarista Federal y con un sueldo de 250 mil pesos-, Rosenkrantz realizó semanas atrás dos contrataciones urgentísimas e indispensables para el funcionamiento del Alto Tribunal, designó al novio de su hija Julia Rosenkrantz Cavanagh. Se trata de Ignacio Gamond, quien ahora reviste en la dirección de sistemas de la Corte Suprema. Las malas lenguas dicen que prontísimo irá a parar a la oficina de escuchas judiciales, una dependencia estratégica a la hora de pinchar teléfonos con excusas irrisorias. También colocó a su sobrino Mateo Sander en la Obra Social de la Corte.

Como si todo esto fuera poco, el cortesano, quien por estos días se llenó la boca proclamando la independencia del Poder Judicial en sus diarios amigos, Clarín y La Nación, ahora nombro al segundo del Procurador General, Bernardo Saravia Frías en la Corte Suprema con cargo de juez.

Se trata de Juan Pablo Lahitou, quien revestía como Subprocurador del Tesoro de la Nación desde mayo del año pasado. Lahitou llevaba adelante en la Procuración del Tesoro casos como el del Correo Argentino en nombre del Ejecutivo, sobre el que deberá pronunciarse la Corte. También designó a Cecilia Westerdahl, exintegrante del departamento de comunicación del gigante jurídico Marval, O’Farrell & Mairal, en el cargo de directora de Comunicación y Gobierno Abierto. Desde ese lugar estratégico  -dicen fuentes del máximo tribunal- «podrá controlar y anoticiar de los fallos por salir, conforme al protocolo ideado por el doctor Valentín Thury Cornejo», luego del enfrentamiento que mantuvo Rosenkrantz con  su antecesor, Ricardo Lorenzetti por el manejo del Centro de Información Judicial (CIJ).

Nada es casual, dicen dentro del palacio de Tribunales.

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