Pese a que la quita del cepo al dólar y el acuerdo con los buitres se mostró como un triunfo de gestión, el Gobierno silenció la increíble fuga de divisas que se fue dando a lo largo de todo el año.
El silencio sirvió como una claro aval a la fuga de capitales, facilitado por el macrismo. Además, fueron desarticulados los organismos encargados de controlar y hacer el seguimiento de lavado de activos. Con este nuevo escenario, todo fue más fácil para los fugadores.
Según información del Banco Central la fuga implicó un crecimiento del 100% en comparación al año pasado. Mientras que esa cantidad de dólares girados al exterior sin controles de ningún tipo significó el 40% de las reservas.
Un estudio del CEPA reveló que lo girado al exterior durante el 2016 ascendió a unos 1.088 millones de dólares. Si se compara con lo mismo durante el 2015, la cifra fue de solo 590 millones.
Lo que queda claro es que se trata de una política deliberada del oficialismo para facilitar la fuga de dólares. Este mecanismo explica el brutal endeudamiento al que se sometieron las finanzas del Estado y al cual habrá que hacer frente en el futuro. Seguramente, cuando llegue el momento, ya los dólares estarán descansando en los paraísos fiscales.