Llamativamente, la titular de la Oficina Anticorrupción, cuyo propósito es velar por la transparencia en la gestión pública, oficia como un centro de asesoramiento para que los funcionarios del PRO puedan llevar adelante sus políticas y decisiones sin «violar ninguna ley», es decir, como ya sucedió cuando se empezó a hablar de las incompatibilidades de Aranguren, la funcionaria sugirió «que no firmen nada que los comprometa, y deleguen hacia abajo o hacia los lados».
Ahora, ante la investigación que lleva el juez Sebastián Casanello por las incompatibilidades en las declaraciones juradas del presidente, Alonso presentará un informe detallado que pretende demostrar que tales incompatibilidades no existen, y son fruto de una simple cuestión de forma. Según la OA, las planillas que completó el presidente durante su gestión en CABA y luego de cara a las elecciones presidenciales serían diferentes, y de ahí surgen las diferencias.
EN LUGAR DE INVESTIGAR, LAURA ALONSO ASESORA A LOS FUNCIONARIOS CÓMO EVADIR INCOMPATIBILIDADES
De esta manera, la Oficina Anticorrupción (OA) justificó ante la Justicia las diferencias que exhiben las distintas declaraciones juradas de Mauricio Macri. El organismo de control presentó en los últimos días un análisis comparativo de los formularios que el Presidente entregó entre 2013 y 2015. Fundamentalmente, porque en el ejercicio 2014 se detectaron diferencias entre sus presentaciones simultáneas como candidato presidencial y como jefe de gobierno porteño.
Tal como sugiere hoy el diario La Nación, el objetivo del juez que investiga a Macri en la causa por los Panamá Papers es determinar si las contradicciones tienen justificación por cuestiones técnicas de los formularios de la ciudad y la Nación, tal como alegó el Presidente.
La OA y la Dirección General de Ética en el Ejercicio de la Función Pública del gobierno porteño elaboraron un informe conjunto de 43 páginas -al que accedió LA NACION- que se limitó a comparar las normativas vigentes en uno y otro ámbito, sin profundizar sobre cuestiones de fondo en los bienes del Presidente. La conclusión del estudio es que Macri completó sus declaraciones juradas en «dos formularios distintos» que «responden a regímenes jurídicos diferentes».
¿Qué diferencias patrimoniales mostraban esas declaraciones juradas? Sobre el ejercicio 2014, como jefe de gobierno porteño, Macri informó activos por $ 60 millones más US$ 2 millones ante la Escribanía de la Ciudad. Tres meses después, ya como candidato a presidente, declaró ante la OA bienes por $ 52 millones referidos al mismo período.
En este último formulario, el entonces candidato a presidente de Cambiemos especificó dos cuentas en el exterior (Estados Unidos y Suiza) y reveló que le prestó dinero a su amigo Nicolás Caputo. Además, declaró las sociedades en las que participaba, aunque le puso un valor simbólico de $ 0,01 a cada una. Esa información detallada no aparecía de ese modo en su presentación realizada tres meses antes ante las autoridades porteñas.
La investigación sobre el patrimonio de Macri se originó luego que se revelara que el Presidente se desempeñó como director de la sociedad Fleg Trading radicada en Bahamas, lo que dio origen a un expediente judicial por supuesta «omisión maliciosa» de dicha sociedad en su declaración jurada.
El diputado kirchnerista Norman Martínez, denunciante en esa causa, sostuvo en un escrito que las diferencias entre las distintas declaraciones de Macri exponen irregularidades de fondo en su patrimonio. El fiscal federal Federico Delgado, entonces, requirió un análisis comparativo, que fue lo que Casanello ordenó a los organismos de control.
En su última declaración jurada, luego de asumir como presidente, Macri aclaró algunas de las acusaciones por supuestas irregularidades. El líder de Cambiemos declaró un patrimonio de $ 110 millones, un incremento superior al 100% con respecto a los $ 52 millones que había informado en el ejercicio 2014.
¡DISCÍPULA DE DONADIO!