Por Gabriel Eiriz
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner bajó hoy un cambio en la interna que venía manteniendo con el presidente Alberto Fernández. En el marco de un acto en El Calafate, CFK fumó la pipa de la paz y envió señales de pacificación al reconocer que la salida del exministro de Economía, Martín Guzmán, de forma intempestiva, por twitter y en medio de un discurso que ofrecía las dos veces mandatarias fue un gesto de desestabilización e ingratitud hacia el presidente, quien «lo defendió como a nadie«
“En este episodio que hemos vivido donde el sábado pasado nos enteramos de la intempestiva renuncia del ministro de Economía, fue un inmenso acto de irresponsabilidad política, un acto de desestabilización política, un inmenso acto de ingratitud hacia el Presidente. Porque este presidente había bancado a este ministro de Economía como nadie, enfrentando incluso a sus propias fuerzas de coalición”.
Además, tras elogiar a Alicia Kirchner por su trabajo en el Ministerio de Desarrollo Social, la Vicepresidenta aseguró: “No voy a revolear a ningún ministro, quédense todos muy tranquilos”.
Sobre la interna en el Frente de Todos, la expresidenta enfatizó: “Créanme, yo quiero ayudar. Pero ayudar no es callarse la boca y esconder la mugre debajo de la alfombra. Se ayuda diciendo la verdad. Y si estoy equivocada que me convenzan. A mi con argumentos y razones me llevan a cualquier lado, a las trompadas y cachetadas a ningún lado, que lo sepan todos”.
A su vez, la vicepresidenta aseguró que “se pueden hacer políticas mejores, no porque soñemos con utopías, sino porque las hemos hecho. Y por eso es importante que en la Argentina dejemos de discutir a las personas y comencemos a discutir a las políticas”.