Tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en el balotaje de este domingo en Brasil, el actual presidente Jair Bolsonaro permanece en silencio sin reconocer la derrota, mientras que en redes sociales sus seguidores comenzaron con las denuncias de un supuesto fraude electoral. De manera casi premonitoria, el líder de ultraderecha ya se había negado tres veces a responderle a Diego Iglesias si aceptaría los resultados en caso de perder las elecciones.
Con su silencio, Bolsonaro se convirtió en el primer mandatario en no realizar declaraciones públicas tras la difusión de los resultados de una elección desde que se instauró el voto electrónico en Brasil en 1998.
Sin embargo, algunos aliados del Presidente reconocieron públicamente el resultado de la segunda vuelta, como el exministro de Medio Ambiente y diputado federal electo Ricardo Salles, quien pidió «serenidad» en un sobrio comunicado en redes sociales.
Uno de los principales asesores de Bolsonaro, el pastor Silas Malafaia, también admitió la legitimidad de la victoria de Lula y se despegó de una eventual impugnación del resultado de parte del presidente.
«Cada uno es responsable de sus actos. No puedo responder por Bolsonaro. Cuando alguien dice que no reconoce el resultado de una elección, tiene que tener pruebas terriblemente convincentes para hacer esa declaración», afirmó a O Globo.
En tanto, en redes sociales, seguidores del actual presidente denunciaron fraude. Algunos, más extremistas, hablaron de la posibilidad de un golpe de Estado, algo que por ahora no fue apoyado por el ala política. (C5N)