En uno de los actos por el Día de la Lealtad peronista, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) Héctor Daer transmitió un duro mensaje hacia el Gobierno luego del nombramiento de Raquel «Kelly» Olmos al frente del Ministerio de Trabajo, sin previa consulta con la principal central obrera. Tampoco hubo el menor disimulo a la hora de reclamar lugares en las listas del Frente de Todos con vistas a las elecciones del año que viene

«Queremos ser parte de las decisiones políticas», disparó sin filtro el hombre fuerte de Sanidad, desde el escenario del estadio Obras Sanitarias, donde se convocaron los popes de «Los Gordos» y «los Independientes», y cerca de 3.000 dirigentes y afiliados, en ocasión de los festejos por el 17 de octubre, marco que se utilizó para el lanzamiento de la Mesa Nacional Sindical Peronista.

«Se nos dijo que la CGT era parte del Gobierno, pero la CGT no está sentada donde se define la política. No estamos sentados en donde se decide el futuro de los trabajadores. Confiamos el debate en otros compañeros, y los resultados no fueron buenos», criticó.

Según Daer, los sindicatos deben «ser parte de las decisiones políticas que definan el futuro de nuestro país» y «el movimiento obrero tiene que estar presente en todos los debates».

El líder cegetista también expresó un claro reclamo para que la CGT tenga mayor representación y peso en el Partido Justicialista, en medio de las tensiones con La Cámpora y otros sectores con influencia en los órganos representativos del peronismo. «No queremos romper el peronismo ni ningún frente pero si queremos peronismo con trabajadores y trabajadoras porque sino estamos renegando nuevamente de quien tiene la visión y los intereses claros sobre adónde llevar a nuestro país», exigió Daer.

Mientras hablaba Daer, en la Plaza de Mayo ya empezaban a llegar las columnas de los gremios combativos oficialistas, de La Cámpora, de municipios del conurbano y de agrupaciones kirchneristas. Más tarde estaba previsto un acto del 17 de Octubre por parte de los movimientos sociales (Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa) en el estadio de Laferrere, partido de La Matanza. Al igual que la CGT, las organizaciones populares buscan ser consideradas en el armado de las listas electorales y en ese sentido están en plena gestión para la creación de un nuevo partido político que los aglutinará, Los Comunes.

Al acto de la CGT por el 17 de octubre asistieron entre otros dirigentes de peso Carlos Acuña (uno de los integrantes del triunvirato), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Julio Piumato (Judiciales), Armando Cavalieri (Comercio) y Gerardo Martínez (UOCRA).

Este último fue otro de los oradores del evento. «Queremos poner concejales, legisladorea provinciales, diputados y senadores nacionales”, admitió el líder del gremio de la construcción. En la misma frecuencia se expresó Acuña en declaraciones televisivas al cabo del acto. «Queremos ser parte de las listas para estar en la Cámara de Diputados y Senadores de la Nación. A confesión de parte, relevo de pruebas.  

Luego de ser una de las patas principales que le dieron respaldo y apuntalaron al Gobierno de Alberto Fernández, los gremios denominados «Gordos» e «Independientes» tomaron distancia, desairados por no haber sido consultados a la hora del nombramiento de la nueva ministra de Trabajo.

Cuando se acerca la zona de definiciones para el armado de las listas, la CGT quemó los cartuchos en una jugada política fuerte para intentar que el Gobierno los siente en la mesa de negociaciones electorales. El lanzamiento de una suerte de instrumento partidario como la Mesa Nacional Sindical Peronista se enmarca en esa estrategia de presión.

En otro tramo de su discurso, Daer dejó de lado el posicionamiento más corporativo en la interna del Frente de Todos y arrojó críticas a la política económica. «Los precios van por el ascensor y los salarios por la escalera», se quejó, y dijo que no iba a permitir que el sacrificio fiscal que se exige en esta etapa fuera a costillas de los trabajadores.

«No es posible tener un país que gaste menos en infraestructura y que gaste cada vez más en ayuda social. Algo estamos haciendo mal. La ayuda social es necesaria pero tiene que ser el tránsito a un país con trabajo. No puede ser que la ayuda social sea parte de una estrategia de vida porque los argentinos no lo queremos así y los peronistas mucho menos», afirmó.

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