La denominada crisis del neumático, provocada por la puja salarial entre los trabajadores del neumático agrupados en el Sindicato Unico de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), que lidera Alejandro Crespo, parece encaminarse a una situación límite para la industria automotriz, y para la provisión de cubiertas en plaza. Es que las plantas que fabrican en el país, Pirelli, Bridgestone y Fate, ya paralizaron totalmente la producción y amenazan con cesar sus operaciones en Argentina.

La puja por condiciones salariales lleva cinco meses y 35 reuniones sin encontrar una solución y la nueva instancia de negociación está prevista para el próximo miércoles, también en la sede de la cartera a cargo de Claudio Moroni.

Los representantes del Sindicato Unico de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) reclaman el pago al 200% de las horas trabajadas los fines de semana, la reapertura de la paritaria 2021 con un alza de 16%, y la actualización correspondiente al primer semestre de este año con un ajuste de 36%.

Los trabajadores mantendrán bloqueadas los ingresos a las tres fábricas con lo cual seguirá paralizada la fabricación de neumáticos, que, entre otras consecuencias, ya está condicionando la producción automotriz.      

El secretario general de SUTNA, Alejandro Crespo, afirmó en las últimas horas que las compañías del sector “están atravesando un muy buen momento económico”, al justificar así la intransigencia del gremio.

«Han comprado la materia prima con dólares oficiales que les dio el Gobierno para vender las cubiertas a precios internacionales”, enfatizó Crespo.

El sindicato lleva a cabo un paro por tiempo indeterminado que incluyen bloqueos y acampes en las puertas de las empresas.

Tras la reunión en el Ministerio de Trabajo, Crespo habló ante los manifestantes que permanecían en la puerta del organismo y afirmó: «Salimos de acá con la medida de fuerza intacta manteniéndola en cada fábrica».

A diferencia del resto de los sindicatos de la CGT, que mantienen una línea peronista, el SUTNA parte de un gremialismo clasista y combativo de la llamada izquierda sindical.

Por la extensión del conflicto, la compañía Bridgestone anunció el «cierre temporal» sus operaciones en el país a raíz de las «prolongadas negociaciones», un anunció que imitaron luego tanto Pirelli como Fate, las otras dos referentes del sector.

Por su parte, el dueño de Fate, Javier Madanes Quintanilla, responsabilizó al Partido Obrero por la escalada del conflicto.

“Con los problemas de ocupación que hay no puedo pensar que esto sea un problema salarial exclusivo. Hay otras razones que tienen que ver con factores de poder, de ver cómo se instalan dentro del sistema sindical y dentro del sistema político”, afirmó el empresario.

En tanto, Horacio García, presidente de la Federación Argentina del Neumático –entidad que agrupa a las Gomerías- detalló que hasta hace algunos días recibían el 40% de la entrega habitual y adelantó que al paralizarse la producción ya no recibirán nada y el stock es insuficiente.

“A los problemas que tienen los trabajadores de las empresas se suma el de los 180 mil empleados que tiene nuestro sector, cuya fuente laboral también está en riesgo”, afirmó en declaraciones a la prensa.

Esta semana se conoció el apoyo de importante organizaciones sindicales y sectores del movimiento de desocupados a esta pelea. Pero, además, la lucha de los obreros del neumático está despertando la simpatía de otros sectores de la clase trabajadora.

Los grandes empresarios y una parte de los grandes medios quieren impedir que los trabajadores ganen. Para esos sectores y las patronales de Fate, Pirelli y Bridgestone, que ostentan niveles de rentabilidad desmedida, se trata de imponer una relación de fuerzas en contra de los obreros para seguir aumentando la precarización laboral sin resistencia.

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