Por Gabriel Eiriz -periodista despedido de Télam-

La presidenta del PRO, Patricia Bullrich aprovechó la ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa -3 de mayo- para hacer una acérrima defensa del comisario político que metió el macrismo en la Agencia de Noticias Télam, Pablo Plá una de las manos negras que armó las listas de despidos en la Agencia cuando se desafectaron más de 350 trabajadoras y trabajadores de casi todas las áreas de la agencias estatal. Plá, excronista de América TV, entró por la ventana a Télam cuando el PRO tomó el control de la empresa.

Recientemente desafectado de la empresa por la actual gestión, Plá no duda en denunciar una persecución ideológica, justamente lo que él mismo hizo con sus subordinados. Bullrich por su parte sostiene que el despido de Plá (injusto quizá, o no tanto) se debe a que la Agencia no es de los argenienos sino «la voz bajalínea del Gobierno«. Y prometió ayudar a Plá hasta las últimas consecuencias. Algo que no se hizo con los más de 350 despedidos con los que colaboró Plá durante su paso por Télam.

Sin experiencia en el manejo de agencia, el excronista ingresó con una importante categoría cuyo salario casi duplicaba al de la mayoría de periodistas que se desempeñaban en Télam. Supo escalar y llegar a una de los máximos escalafones dentro del Convenio Colectivo de Trabajo de Prensa, Secretario de Redacción. Era lógico el meteórico ascenso, su patético rol suponía cuidar que no se criticara la gestión de Mauricio Macri al frente del Ejecutivo. Sin embargo, su peor función fue señalar a aquellos que pudieran simpatizar en el ámbito personal e individual con el kirchnerismo y, llegado el momento -que llegó en 2018- despedirlos en lo que fuera el mayor vaciamiento de la empresa.

En los pasillos de Télam nadie duda en sindicar a Plá como uno de los participantes de las mesas donde se definieron los nombre de quienes serían desafectados y despedidos por Home Banking -así fue la triste metodología de despido-.

Afortunadamente, la justicia reparó el daño perpetrado por la dirigencia de Télam encabezada por Rodolfo Pousá, Magdalena Cash y Pablo Plá. Pero dejó una herida abierta que dificultaba mucho la convivencia con el ahora protegido de Bullrich.

Ciertamente sobran ríos de tinta publicados en en varios medios y hasta un libro de lo que fue el despido masivo de trabajadoras y trabajadores y el intento de vaciamiento de los medios públicos. Esta columna no pretende hacer un repaso histórico pero sí denunciar lo que Bullrich y Plá presentan como una persecución, siendo que fueron ellos quienes espiaron, persiguieron, maltrataron y despidieron personas que se desempeñaban tanto en Télam como en la TV Pública, Paka Paka, y demás medios del sistema público.

Los mensajes de muchos de los afectados en tiempos de Plá, en respuesta al tuit de Patricia Bullrich, revisten en carácter de testimonio del desaguisado perpetrado por el macrismo y sus comisarios en la Agencia de Noticias del Estado.

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