El Banco Central de la República Argentina (BCRA) analiza la posibilidad de aplicar una suba de la tasa de interés para facilitar las negociaciones por un acuerdo con el FMI, según revelaron fuentes del equipo económico. El análisis, que busca elevar gradualmente las tasas aún no tiene fecha para ser considerada formalmente en el directorio del BCRA ni de la magnitud de la suba, según señalaron los voceros extraoficiales.

Las fuentes dijeron que la medida «seguramente se analizará a la luz de la inflación de noviembre y el cambio de ritmo devaluatorio que se viene registrando». También indicaron que se estudiará «siempre en el marco de la armonización de tasas que se llevó adelante desde el inicio de la gestión».

En noviembre, la tasa de interés se ubicó cinco décimas por encima de la inflación general tras haberse mantenido en 12 de los últimos 15 meses muy por debajo del alza de precios. La medida responde a que el dato de inflación que dejó noviembre del 2,5%, ayudaría respecto a cómo avanzar gradualmente hacia el objetivo de una tasa real positiva, o que contemple más el alza de precios.

La decisión responde a que luego de las últimas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, el organismo explicitó en un comunicado la necesidad de lograr una tasa de interés positiva es decir, mayor a la inflación proyectada. Hoy la tasa es 13 puntos por debajo de la inflación acumulada y esa recuperación solo podría lograrse gradualmente.

El FMI reconoció que «hubo avances» en las negociaciones, aunque advirtió que serán necesarias más discusiones para arribar a un acuerdo sobre el déficit fiscal, financiamiento del BCRA, reservas y tasas de interés positivas, entre otros puntos.

El análisis sobre la suba de tasas ya comenzó parcialmente a realizarse entre el vicepresidente segundo del BCRA, Jorge Carrera, y el subgerente de Investigaciones Económicas, Germán Feldman, dos funcionarios que participaron de las negociaciones con el FMI la semana anterior.

Según especialistas financieros, la suba de tasas podría facilitar una menor emisión monetaria y reduciría la especulación de quienes toman pesos para comprar dólares al cambio oficial, mientras que los ahorristas tendrían una mejor retribución para mantenerse en pesos en lugar de refugiarse en la divisa norteamericana.

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