Gerardo orales junto a Mario NEgri y Alfredo Cornejo

Por Gabriel Eiriz

La desorganización y falta de orgánica entre halcones y palomas en el espacio opositor que Macri busca contener y liderar desesperadamente se hace cada vez mas cuesta arriba. Juntos por el Cambio padece una crujiente ruptura de facciones patológicas y enfrenta un colapso político

Ahora, a los ruidos de fondo que genera el liderazgo creciente del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se suma la bronca con el Gobernador jujeño, Gerardo Morales quien ordenó a sus diputados acompañar al Gobierno en su proyecto de creación de un Aporte Solidario y Extraordinario de las Fortunas más grandes del país para paliar la crisis sanitaria producida por el coronavirus. Varios diputados del interbloque opositor no sabían de esto, y avanzada la sesión se fueron enterando que la bancada que lidera Mario Negri perdía volumen en la votación.

Dentro de los 133 votos que le dieron el triunfo a la iniciativa de Máximo Kirchner y Carlos Heller, se encontraban dos radicales que forman parte de Juntos por el Cambio, los jujeños María Gabriela Burgos y Jorge Rizzotti, quienes ingresaron de la mano de Morales.


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Mario Negri y Alfredo Cornejo sabían de la posición del gobernador jujeño. “A Gerardo no le piden tanto. El o!cialismo ya tenía los votos”, refunfuñaron dentro del radicalismo macrista.

“Hace meses que viene bancando el impuesto a la riqueza. Lo sabíamos. Gerardo está atado. Pero en la sesión hubo hasta gente del Frente de Todos que ni votó, no lo necesitaban”, agregó un diputado de JxC. De hecho, tanto Burgos como Rizzotti habían votado a favor del Presupuesto 2021 junto con otros tres legisladores de JxC.

Los guiños de Morales al Gobierno nacional vienen incomodando fuertemente en el macrismo más radicalizado. Creen que las necesidades de la provincia lo obligan a negociar con el presidente Fernández. Lo cierto, es que Juntos por el Cambio tiene de tomo menos la unidad que proclaman y la onda expansiva de la bomba de tiempo cuyo cronómetro corre la cuenta regresiva tiene una profundidad cuyas consecuencias definitivas aun se desconocen


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