Desde el año pasado, Argentina viene sufriendo una notable caída en el poder adquisitivo, con niveles de inflación de más del 50% y sueldos que nominalmente se redujeron. Esta situación afecta considerablemente a la población, tanto asalariada como jubilados. Por tanto, dilató muchos gastos considerados como “prescindibles”, entre los cuales se encuentran el mantenimiento preventivo de los automóviles.
Según un informe dado a conocer por la consultora GIPA en el 3º Encuentro de Líderes de Mercado de Reposición, organizado por la Asociación de Fábricas de Autocomponentes (AFAC), entre 2018 y este año por primera vez “se está dando el fenómeno de que los vehículos entran al taller más por cuestiones específicas que de forma preventiva”.
Todo vehículo, sea nuevo o usado, requiere un mantenimiento rutinario periódico que garantice su buen funcionamiento en cualquier condición. Por efecto del uso normal, hay componentes que se desgastan y dejan de cumplir su función de manera óptima. La regularidad y prolijidad con las que se realicen estas tareas dependerá, en gran medida, la tranquilidad de los usuarios de los vehículos.
En el mantenimiento preventivo automotriz el cambio de aceite de motor y filtros, puede rondar los $4.500 y debe realizarse una vez al año o cuando el vehículo haya recorrido 10.000 kilómetros. En las llantas, se utiliza llaves de impacto para cambiar los neumáticos y el promedio de cambio es 5,7 veces. La revisión de frenos (pastilla, discos, campanas y fluido) ronda los $2.000 más IVA. El control del tren delantero y amortiguación tiene un costo de la mano de obra de 1.200 más IVA. Además del cambio de correa de distribución y cambio de cubiertas.
Si por el contrario, los mantenimientos elementales del vehículo se descuidan, existe probabilidad de sufrir un desperfecto inesperado. Sin embargo, la crisis es uno de los principales motivos que impulsan la caída en el mantenimiento preventivo. La explicación de este fenómeno es el aumento en el precio del combustible, ya que los propietarios de los vehículos usan menos el auto. En 2018, el kilometraje medio anual recorrido era de 12.322, frente al 12.661 del año anterior.
La actividad de los talleres mecánicos disminuyó de 2,77 veces en 2017 a 2,73 el año pasado. Estos centros brindan al cliente y su vehículo el mejor servicio. No obstante, dependiendo del lugar donde nos encontremos, pueden variar los modelos de negocio y servicios que ofrecen los profesionales. En EEUU, por ejemplo, la legislatura y normativa estadounidense sobre fabricación y modificaciones de vehículos, es mucho más permisiva y permite mayor flexibilidad tanto a fabricantes como a restauradores de coches.
“Estamos viendo que en los últimos tiempos se dejó de hacer el mantenimiento preventivo, es decir, lo que el fabricante del vehículo recomienda realizar cada x cantidad de kilómetros realizados. Lo que pueden estirar en el tiempo, lo hacen. Y muchas veces esperan hasta que el vehículo se rompa”, aseguró Salvador Luppo, de la Federación Argentina de Asociación de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (Faatra).