A menos de una semana de las PASO la gobernadora apeló al dolor de la sociedad para ganar un voto más. En medio de una arenga a votar por ella en la Provincia, disparó que volver «para atrás es viajar en un tren sin freno automático y que te pase la tragedia de Once».

«Para adelante (o sea votar al gobierno ajustador de Macri) es que todos los trenes metropolitanos tengan freno y que se abran tres talleres ferroviarios después de 20 años y que le den trabajo a 200 personas».

Además, y siguiendo por las vías torcidas de la campaña, no dudó en aseverar que el Gobierno no evalúa impulsar una reforma laboral y previsional, pese a que todos los referentes económicos del gobierno nacional dejaron entrever una y otra vez que la Casa Rosada impulsará ambas medidas si Macri es reelecto.

Al mismo tiempo, reconoció a medias la pobreza que inunda a la Argentina, aunque evitó hacer referencia a que todas las cifras crecieron con la gestión de Cambiemos. «La pobreza, la inflación, son problemas que no empezaron en el 2015, tampoco empezaron con el kirchnerismo», dijo.

«Lo que hizo Macri fue poner la verdad sobre la mesa», afirmó evitando decirle «Mauricio», un dato que no pasa desapercibido luego de casi cuatro años de intentos de familiarizar a los dirigentes oficialistas llamándolos por el nombre. 

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