En las últimas 48 horas llegaron un total de 80 telegramas de despido a médicos del convulsionado Hospital Posadas. Se suma a la catarata de cesantías que ya había lanzado en los últimos años el Gobierno y que impacta directo en uno de los centros de salud más importantes del Conurbano.

“Ya no tenemos anatomía patológica, rajaron a todos los que trabajan en los laboratorios y no compran reactivos”, contó una fuente del hospital que pidió reserva por temor a represalias.

Es que por los pasillos del Posadas caminan más gendarmes que médicos y las autoridades amenazan con despedir a cualquiera que difunda, aunque sea en las redes sociales, lo que ocurre.

El vaciamiento se da en un contexto en el que los gremios de los profesionales de la saluda mantienen el diálogo cortado con los gobiernos de Macri, Vidal y Larreta (Cambiemos). Las paritarias están estancadas y las negociaciones por condiciones laborales mucho más.

El ex ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, denunció que en esta nueva tanda de despidos «hay médicos de planta y con antigüedad», entre ellos técnicos, tomografistas, clínicos, hemodinamistas y cirujanos cardiovasculares.

Además, difundió que el Secretario de la Fundación Posadas, Christian Kreutzer, Jefe de Cirugía Cardiovascular Infantil del hospital, «acaba de presentar su renuncia ante la ola de despidos de profesionales», en solidaridad con los despidos, al igual que todo su equipo.

En enero de este año fueron 122 los despedidos. La mayoría de los cesanteados enfermeros, con más de 10 años de antigüedad, que se opusieron a trabajar 12 horas como pedía la dirección.

También fueron despedidos técnicos con destacada trayectoria y con puestos irremplazables, por lo que varios servicios, como algunos de pediatría o de tratamiento contra el cáncer, quedaron desarticulados.

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