En los 15 meses que lleva Mauricio Macri en el Gobierno no sólo Nicolás Caputo, el “hermano de la vida del presidente”, o Marcelo Mindlin, titular de Pampa Energía, se vieron beneficiados con medidas oficiales y millonarias adjudicaciones.
Manuel Santos Uribelarrea, a través de la empresa MSU, gigante del sector sojero con operaciones en varios países, desembarcó en la energía y avanza en las obras públicas a través de la constructora CACSA. Por lo bajo, no son pocos los empresarios del sector que ya hablan de un nuevo “Lázaro Báez”.
En noviembre pasado, Uribelarrea visitó al presidente Mauricio Macri para anunciarle que iban a destinar 450 millones de dólares en tres usinas térmicas (Tandil, Villa María y Ramallo). El problema es que lejos de tratarse de una decisión meramente privada, el grupo resultó beneficiario de la compulsa que organizó el ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, para ampliar la generación térmica en el país.
El proyecto de Tandil fue llamativamente mudado a un campo en Benito Juaréz, que el propio Uribelarrea compró por 800 mil dólares (llamado estancia Santa Rita) a la familia de Alicia Blanco Villegas, la madre de Mauricio Macri, a poco tiempo de concretarse la adjudicación de la fallida usina, lo que generó muchas suspicacias.
Manuel Santos Uribelarrea
La compañía adujo que la mudanza se debía a que la zonificación de Tandil no permitía una obra de esa envergadura, algo que nunca terminó de conformar a las autoridades municipales ni a los vecinos de la ciudad, muchos de los cuales celebraban el empleo que se crearía.
Los intereses de los Uribelarrea no se limitan a la energía. También cuenta con la constructora UCSA que funciona en Cerrito 1266, en el mismo edificio donde se encuentra la sede central de MSU.
A fines del año pasado, cuando los medios se ocupaban del repentino despido de Alfonso Prat Gay como ministro de Economía, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, adjudicó a UCSA (junto a Homaq y Constructora Dos Arroyos) importantes obras de la Autopista Ruta Nacional 7 en los tramos Carmen de Areco-Junín y la variante que pasa por Chacabuco. Ambas obras superan los 1.300 millones de pesos.
La relación de UCSA con el macrismo no se limita a la Nación: el año pasado la Ciudad de Buenos Aires le contrató la provisión de gas para la Villa Olímpica.
Ahora los objetivos de UCSA apuntan al Plan Belgrano y el estratégico sector ferroviario: junto a Performar y la brasileña Spavias Enghenaria, busca quedarse con una serie de obras millonarias de la reparación del ferrocarril Belgrano Cargas.
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