La cinta filmada en Buenos Aires, Necochea y en Mar del Plata, aborda la historia de Gloria Soriano (Barrientos), una abogada desencantada con su profesión que debe defender a un acusado de violación al que considera culpable y se ve obligada a litigar contra la fiscal Rivas (Onetto), su admirada profesora de la facultad, que hoy se presenta en las antípodas y que tiene un vínculo íntimo con el juez de la causa (Grandinetti).

Mientras tanto, en un pueblo que parece abandonado por el tiempo y por la civilización, los supuestos víctima y victimario padecen humillaciones a manos de un sistema legal deficiente al tiempo que son protagonistas de los prejuicios de quienes los rodean.

Con las actuaciones del marplatense Daniel Lambertini, Jorgelina Aruzzi, Dario Barassi, el mismo Mirás, Daniel La Rosa, Sebastián Rosso y Julio Feld, “El peso de la ley” ofrece una mirada sobre la situación actual de la ley y el contraste entre la parsimonia del pueblo y la aceleración de la ciudad, al tiempo que denuncia las deficiencias del sistema judicial.

El personaje de María Onetto está preocupada u ocupada porque hay una posibilidad de que la nombren jueza y desatiende el expediente, en el caso de Grandinetti, que tiene una relación muy particular de años con Onetto, acepta la acusación porque es su amiga y después no sabe que hacer porque a la vez siente la responsabilidad de todo juez, que es hablar por sus sentencias, y hasta el secretario es exponente, cuando se preocupa porque Barrientos decide hacerse cargo ella misma del caso”, expresó Fernán Mirás en conferencia de prensa.

Es así como los personajes toman frases que de los pasillos de los tribunales, “En 20 años, nunca defendí a un inocente”, “La justicia no existe, existe lo que se puede probar”, “La gente todavía quiere creer en una imagen decorosa de la justicia”, y otras absurdas pero igual de reales como “No encuentro la D”, enmarcada en un diálogo de dos comisarios mientras uno escribe a máquina.

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