Segundo semestre
De todas las proyecciones de Cambiemos para su primer año de gestión, la llegada del segundo semestre, que vendría con reactivación económica y mejora de las variables, fue de las más pregonadas. El Gobierno tuvo que salir a reconocer que la realidad sería distinta.
«Dije que el segundo semestre iba a ser mejor que el primero, no dije que la Argentina iba a estar con todos sus problemas resueltos en el segundo semestre. Este es un camino largo, las cosas no pasan de un día para el otro sino dando pequeños pasos todos los días. Y estamos dando pequeños pasos todos los días», admitió Macri cuando se hizo evidente que la recuperación no llegaría.
A días de terminar 2016, la actividad económica sigue sin arrancar y la mayoría de los índices reflejan caídas acumuladas en lo que va del año. Según informó a fines de noviembre el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el EMAE en su conjunto retrocedió durante septiembre el 3,7% con relación a igual mes del año pasado, por la caída de la producción industrial y el menor consumo. En comparación a agosto, la merma fue del 0,8% y acumuló una baja del 2,4%. El indicador marca que la actividad hilvanó resultados negativos desde marzo.
Los economistas calculan que el año cerrará con una disminución del PBI cercana al 2%, aunque casi unánimemente coinciden en que 2017 mostrará crecimiento.
Inflación
En el inicio de la gestión de Cambiemos se trazó una de las principales metas para 2016: bajar drásticamente la inflación, en especial en el segundo semestre. El Gobierno estimó que en el año, o al menos de marzo a marzo, el índice sería de entre 20 y 25%. Sin embargo la realidad estuvo muy lejos de eso.
Independientemente de la fuente que se tome como referencia -consultoras privadas, IPC Congreso, o el IPC CABA- hasta julio la variación mensual siempre estuvo por encima del 2% con un pico en abril de casi 7%, tarifazo mediante. Desde mayo volvió el INDEC a difundir sus cifras, que estuvieron en línea con el resto de las mediciones.
Es cierto que desde ese máximo, la inflación comenzó a descender hasta agosto cuando volvió a inclinar la curva hacia arriba. De hecho, en octubre, el número fue de entre 2,4 y 2,9% según la fuente consultada. Así, a falta de semanas para cerrar el año, el acumulado arroja una inflación por encima del 36%, muy cerca del 40% que vienen pronosticando los privados. Incluso el titular del INDEC, Jorge Todesca, sin bien evitó dar una estimación precisa, admitió que 2016 concluirá cerca de esa cifra.
Inversiones
«Have you ever seen the rain?», dice el clásico de Creedence Clearwater Revival. La tan esperada «lluvia de inversiones» en la que confiaban Macri y su equipo no llegó de la forma en la que preveían.
En la campaña, el ahora Presidente afirmaba que «recuperar la confianza» del mundo en la Argentina generaría que los inversores canalizaran rápidamente y en gran cantidad capitales hacia proyectos en el país. Pero el resultado no fue, al menos, tan alentador.
El arranque de esa «lluvia» fue lento, aunque luego tomó algo más de velocidad. Tras una serie de anuncios esporádicos, en septiembre el Gobierno organizó lo que se denominó el «Mini Davos» que congregó a hombres de negocios de distintos puntos del mundo. Esas jornadas con empresarios buscaron seducir a los capitales extranjeros para que lleguen al país. El resultado fueron promesas, pero aún los compromisos de inversión no se materializan.
Según el Ministerio de Hacienda y Finanzas los compromisos de inversión hasta 2019, tanto de empresas privadas como las que se combinan con el sector público, se encuentran cerca de los u$s 58.000 millones. Un tercio de esos fondos son de origen nacional. El resto provienen principalmente de EEUU, Alemania, Canadá, España, Brasil, Bélgica, China, Holanda y México, entre otros.
Siempre según datos oficiales, la mayor porción de inversiones fue para el sector minero, seguido por la industria manufacturera, el área de energía, y de transporte, almacenamiento y telecomunicaciones.
Empleo
Según Macri «hace 5 años que en la Argentina no se genera empleo de calidad». Revertir eso es, según sus palabras, su «obsesión».
El Indec informó el pasado 25 de noviembre que la desocupación subió en el tercer trimestre para ubicarse en 8,5%. El crecimiento del desempleo fue de 2,6% en la comparación interanual. De todos modos, cabe señalar que el dato de 2015 es cuestionado porque el organismo estuvo bajo control del kirchnerismo.
Además, datos que arrojan las declaraciones juradas de las empresas que aportan a la Seguridad Social, según a la AFIP, reflejan que este año se perdieron, al menos, 127 mil trabajos formales. De 8.096.281 informados en diciembre de 2015, bajó a 7.968.686 en septiembre pasado.
Una de las medidas que impulsó el Gobierno para cambiar la tendencia fue la ley de «Empleo Joven», una iniciativa que por el rechazo sobre todo del sindicalismo naufragó en el Congreso. Un hecho anecdótico: Macri celebró públicamente su «aprobación», pese a que aún no había sido siquiera debatida.
Asimismo, vetó una ley aprobada por el Congreso que impedía los despidos y en cambio firmó «compromisos» con los empresarios para que mantengan sus plantillas. Ese pacto no fue respetado por lo que el número de trabajadores continuó en descenso al ritmo de la caída de la actividad económica.
Pobreza cero
«Nosotros tenemos como objetivo lograr una Argentina con pobreza cero». La frase fue repetida una y mil veces por Mauricio Macri durante la campaña y luego como presidente. Fue argumento justificativo de varias medidas de gobierno que, para algunos, estaban en contraposición de ese fin. Pero el Indec, que volvió a difundir datos sobre esa variable tras dos años sin hacerlo, arrojó que esa meta está 32,2% por encima del 0 que fue eje de la plataforma de Cambiemos.
De hecho, distintas mediciones como el Observatorio de la UCA -que fue referencia para la entonces oposición a Cristina de Kirchner-, los sindicatos, o el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), aseguran que la pobreza se incrementó desde diciembre de 2015 entre 1,5 y 2 millones personas.
Energía
«Asustan los porcentajes cuando decís cuánto van a subir. Pero una factura que se pagaba $150 y pasa a $350 son (una diferencia de) 200 pesos, que es también (igual a) dos taxis o dos pizzas», afirmó el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay a fines de 2015 anticipando el aumento de tarifas en los servicios de luz, gas y agua. Finalmente, los incrementos fueron muy superiores a eso.
Las quejas de los usuarios y varios fallos judiciales -inclusive de la Corte Suprema- obligaron al Gobierno a tener que, primero, suspender el tarifazo, luego realizar audiencias públicas y finalmente reacomodar el esquema aplicando una mayor moderación.
Créditos hipotecarios
En la campaña, Macri prometió cumplir con «el sueño de la casa propia» entregando un millón de créditos hipotecarios a 30 años, con una cuota parecida a la de un alquiler. «Ese es mi compromiso. Vamos juntos», rezaba uno de los spot del entonces candidato cuando proponía esa posibilidad a sus potenciales votantes. El plan se lanzaría en los primeros días de gestión.
En la práctica, esto nunca se cumplió. Los créditos lanzados por el Banco Central y el Nación no cuadran con los atrayentes parámetros que se anticipaban y que nunca se cumplieron. Además, según los lineamientos del Presupuesto 2017 el Gobierno proyecta préstamos subsidiados hasta el final del mandato de Macri que alcanzan apenas los 170 mil, incluyendo el plan PROCREAR, que este año tiene unos 30 mil inscriptos.