Lejos de cumplir con sus obligaciones como titular de la Oficina Anticorrupción y controlar el comportamiento de los funcionarios del gobierno, la «aliada» de los CEOs que puso Mauricio Macri en el Gabinete Nacional, Laura Alonso, que es además la fundadora local de Vital Voices, una ONG financiada por el líder de los buitres que litigaron contra la Argentina y que provocaron una restricción al financiamiento durante el último tramo de la gestión kirchnerista.
“El trabajo de la Oficina Anticorrupción es prevenir por eso sugiere delegar la firma a funcionarios que puedan entrar en conflicto de intereses»
Ahora a raíz del conflicto desatado por los millonarios contratos otorgados por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, a la empresa Shell de la cual es accionista, la dirigente del PRO y actual responsable de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, recomendó a los funcionarios del gobierno nacional, que hasta el mes de diciembre se desempeñaron como CEOS de grandes empresas, evitar firmar personalmente los contratos del Estado que beneficien a estas empresas para no ser alcanzados por la Ley de Ética Pública.
“El trabajo de la Oficina Anticorrupción es prevenir. Por eso le pedimos a todos los funcionarios que crean que podrían tener un conflicto de interés, que nos consulten y si llegaran a tener una sospecha y tiene que tomar una decisión si o si y tienen una duda que deleguen la firma. Que la deleguen hacia arriba o que la deleguen hacia el costado”, señaló en declaraciones a la TV Pública.