De la redacción de PORTAL DE NOTICIAS
El presidente de la Nación, Mauricio Macri inició hoy el período 134 de sesiones ordinarias del Congreso Nacional. En su primer discurso como presidente en ejercicio frente a la asamblea legislativa, Macri basó su exposición en falsas premisas, diagnósticos deliberadamente falsificados y máximas erróneas, todas orientadas a cargar las tintas en “la pesada herencia” y proyectadas a derogar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, de modo tal de cerrar el capítulo de la deuda con los Fondos Buitre, sometiendo la soberanía nacional y adoptando una postura genuflexa ante el mandato del juez Griesa.
“El acuerdo que el actual gobierno nacional propuso a los buitres es lesivo para nuestros intereses” y si se avanza en esa dirección “vamos a pagar a este 7% de los acreedores que no entraron al canje alrededor de 9.500 millones de dólares más que los que hubiéramos pagado si hubieran aceptado las mismas condiciones que el otro 93%”, sostuvo hoy el diputado nacional, Carlos Heller.
Macri habló de diálogo, pero basó su discurso en la provocación, mientras en las afueras del Congreso su gobierno reprimía a los trabajadores bancarios. Además pidió consenso, pero fustigó todas y cada una de las iniciativas del gobierno anterior.
En un discurso que duró poco más de una hora, se mostró desafiante e incluso tuvo algún intercambio con los diputados y senadores que se encontraban en las bancas.
Entre los anuncios más aplaudidos por el macrismo y los radicales, se registró la ampliación de la Asignación Universal por Hijo y la devolución del IVA en la canasta básica para los sectores más vulnerables.
Sin embargo, a pesar de estos anuncios, no trazó un horizonte ante los problemas urgentes que muestra la economía. No delineó un plan anti-inflacionario, ni modelo productivo para la generación de empleo. Tampoco mencionó propuestas para el sector productivo, las pymes y las economías regionales. En sus primeras semanas de gobierno el macrismo tomó medidas que van todas en la dirección contraria de su declamada ‘pobreza cero’.
En su afán de cargar todas las tintas en la anterior gestión, el mandatario olvidó los casi 6 millones de puestos de trabajo generados en la última década, aunque según su visión, solo se creo empleo público para llenar el estado de militantes. Tampoco hizo mención a los 3,6 millones de nuevos jubilados incluidos en el sistema previsional, los 3,5 millones de beneficiarios de la asignación universal por hijo, la misma cantidad de netbooks entregadas a los chicos en el sistema de educación pública y las miles de familias que accedieron a su primera vivienda gracias al Procrear. Las escuelas construidas, la tasa de desocupación más baja en años, todo con un Estado desendeudado.
“Macri es, sin dudas, el presidente que mejor recibió el país desde el regreso de la democracia. Haber dedicado medio discurso a la supuesta “pesada herencia” no puede ser catalogado de otra manera que de cinismo”, aseguraron desde el bloque diputados del FPV en un comunicado emitido luego de la inauguración del año legislativo.
Entre los diagnósticos equívocos, el más notorio fue sobre “la salida del cepo cambiario”, la cual consideró que no tuvo consecuencias. Así, borró de plano la megadevaluación del 60% que el gobierno realizó desde que asumió y el rebrote inflacionario que se registró en todos los índices, incluso el que elabora el gobierno porteño en manos del macrismo. Hoy el dólar perforó el techo de los 16 pesos y no dijo nada al respecto.
Ciertamente, el análisis presentado por el presidente de la realidad económica y social que atraviesa el país, es deliberadamente falso, colmado de datos erróneos y números de dudosa procedencia.
DÉFICIT FISCAL
La madre de todas las mentiras en que basó todo su discurso Macri, pivoteó sobre un dato falso: el presunto déficit fiscal del 7% del PBI en 2015.
El déficit reconocido por el flamante ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay inicialmente, fue del 2,3% del PBI. Después lo apretaron y dibujaron la cifra para ponerla en línea con las expresiones del entonces candidato por la Alianza Cambiemos y su equipo económico durante la campaña. Se hizo mediante un rebuscado esquema que permitió alcanzar el número mágico del 7 por ciento, que Macri repitió hasta el cansancio.
El mecanismo utilizado por Prat Gay fue el siguiente:
Al 2,3 por ciento que reconoció el ministro antes de asumir en la cartera de Hacienda, le sumó otro 2 por ciento, que es la ganancia del Banco Central, porque Prat Gay sostiene, que eso no es ganancia, sino pérdida del tesoro. Lo cierto es que el Banco Central, cuando origina ganancias, le corresponde al Estado, y se computa en el balance anual en la columna del Haber, no en la del Debe.
Otro porcentaje similar lo agregó por las deudas no pagadas pero originadas en el 2015. En ese caso, según explicó el diputado formoseño por el FPV, Juan Carlos Díaz Roig, se debiera: a) restarle al déficit las cuentas pagadas en el 2015, y originadas en el 2014; ó b) sumarle las cuentas devengadas a favor del Estado en el 2015, pero no percibidas, por ejemplo: los impuestos sobre los silos bolsas, no liquidados. De cualquier forma, todos los países y el FMI, confeccionan los balances sin deducir las deudas no pagadas en cada ejercicio, y sin sumarle los otros conceptos.
Finalmente, Prat Gay agregó otro 1,5% del déficit generado por las “promesas de campaña”, que se vio obligado a efectuar Macri, entre ellas, el costo de la devaluación. Obviamente, como el dato principal del diagnóstico, es deliberadamente falso, todas las conclusiones lo son también.
Además, en tiempos de recesión global, es normal que los países tengan déficit, tiene que ver con estimular el consumo y frenar el ciclo recesivo. A lo largo del 2015, de 188 países, sólo 21 tuvieron superávit financiero.
INFLACIÓN
A la hora de referirse a la inflación, que en los primeros meses de su gestión al frente del Ejecutivo se disparó en forma descontrolada, el jefe de Estado sostuvo que “ha estado alta en estos meses producto de la inercia de muchos años de inflación alta y de la transición irresponsable que vivimos” y prometió que «irá bajando hacia finales de año». Así y todo, muchos analistas y consultoras privadas proyectan un 50 por ciento anualizado.
«La inflación devora el salario. Nosotros tenemos que ir por más trabajo y menos inflación», dijo el mandatario, al tiempo que detalló que la inflación existe porque «el gobierno anterior la promovió ya que creía que era una herramienta válida de la política económica». En esa línea aseguró que la administración que encabeza está «en contra de esa mirada».
De esta manera, Macri se desligó de la escalada de precios especulativa de noviembre, ante la devaluación que promovía Cambiemos desde la campaña electoral. También se desresponsabilizó de la inflación generada por la efectiva alza del tipo de cambio, el recorte de subsidios de diciembre en adelante y la quita de retenciones a los sectores agroexportadores y mineras.
«La inflación es perversa, destruye no solo el poder adquisitivo de los que menos tienen sino también la confianza y la previsibilidad de la economía», analizó el Presidente en un acalorado discurso. Además, dijo que la inflación acumulada en los últimos doce años, en los que gobernó el kirchnerismo, alcanzó al 700%, pero confió en que «va a ir bajando hacia el final del año 2016».
El primer mandatario insistió en que la inflación venia en aumento, sin embargo según la Ciudad de Buenos Aires, la inflación pasó del 33,6% en 2014 al 19,7% en el 2015. Si por el contrario se toma el IPC Congreso, controlado por Patricia Bulrrich, vemos que la inflación pasó del 33,5 % en 2014 al 20,4% en 2015, dando por tierra cualquier especulación en este sentido.
También es erróneo el enfoque monetarista de la inflación: El gobierno de Macri viene planchando la emisión y sin embargo, la inflación proyectada para el 2016 es, como se menciono anteriormente, de un 50%. La emisión puede ser considerada un mecanismo de propagación de la inflación, pero nunca como una causa principal. No hay evidencia empírica de que así lo sea.
Otro dato falaz en el discurso del presidente, fue que la economía argentina venía en recesión: Orlando Ferreres, economista y consultor insospechado del kirchnerismo, concluyó que la economía argentina creció un 1,7% en 2015 y según el FMI, el crecimiento fue apenas dos décimas por debajo, un 1,5%.
CONCLUSIÓN
El discurso del presidente esconde el verdadero y único objetivo de la agenda del gobierno: el pacto con los buitres, alrededor del cual hunden al país en un ajuste descomunal que ya atravesó dos devaluaciones, un tarifazo, enormes transferencias a los grupos concentrados y más de 50 mil despidos estatales y privados, en menos de tres meses de gobierno.