Pensar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) cambió para bien y de la noche a la mañana se volvió sensible a las necesidades de los países endeudados con el organismo no solo es una mirada optimista, sino más bien ingenua.
Luego que el FMI le prestó a Macri 57 mil millones de dólares (de los cuales desembolsó 45 casi mil millones), Argentina quedó en un estado de debilidad extrema y debe, en los próximos dos años devolver el total del préstamo. Claramente es imposible para el país reunir esos fondos y pagarlos sin que esto implique un daño social y económico de proporciones. El gobierno del Frente de Todos no está dispuesto a someter a las y los argenitnos a semejante desastre y por eso negocia un nuevo acuerdo para antes de fin de año.
El grupo integrado por cinco funcionarios del gobierno argentino que viajó a Washington el sábado comenzará está semana la dura tarea de acercar posiciones con los técnicos del organismo multilateral con el objetivo de, por lo menos, acordar los números gruesos de lo que será luego la Carta de Intención que deberá enviar el gobierno al organismo.
Por el Ministerio de Economía viajaron el viceministro, Fernando Morra; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; y el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi. Además, estará Sergio Chodos, director por el Cono Sur ante el Fondo. Por el BCRA, en tanto, negociarán Jorge Carrera y Germán Feldman.
La tarea que tendrán esta semana es lograr el consenso en algunos de los números principales de lo que sería un nuevo acuerdo, algo que puede resultar complicado en función de la agenda política que plantea el presidente Alberto Fernández. Se espera que el 15 de diciembre se presente el promocionado Plan Plurianual, el cual depende de los consensos que se alcancen en estos días.
La idea del ministro de Economía, Martín Guzmán, es arrancar el programa en 2022 con un déficit fiscal del 3,5% del PBI, pero se espera que el organismo pide en 2% para el primer año. La diferencia no es menor. Según reconoció recientemente Guzmán, el rojo primario de las cuentas públicas del 2021 va a concluir en 3,5%, lo cual indica que aspira a no hacer un ajuste de las cuentas en el primer año.
Por otro lado, y tal como es tradicional en los acuerdos con el Fondo, el reclamo de los técnicos del organismo es reducir el déficit fiscal por vía de un recorte de la obra pública, algo que Guzmán no tiene intenciones de cumplir.
En lo que está claro que habría un mayor entendimiento es en el tema de las tarifas públicas. Analistas privados estiman que los subsidios a los servicios públicos ya se ubican en un nivel del 3,4% del PBI, y que de allí, al menos un punto se puede obtener.
En cuanto al dólar, está casi determinado ya que la Argentina no va a ir a un cierre de la brecha cambiaria, que se ubica en el 100% entre el oficial y el paralelo, de un solo salto. El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, anticipó está semana ante los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA) que no va a haber devaluación brusca porque en Argentina se produce generalmente un overshooting (sobre reacción) de los mercados cuando ello ocurre. El FMI está dispuesto a aceptar un plan para ir reduciendo la brecha de manera gradual.
A esta altura de las circunstancias, es evidente que Argentina y el FMI van a trabajar en plan gradualista de ajuste de las cuentas. El punto para ponerse de acuerdo es en cuánto tiempo el gobierno está dispuesto a acomodar las variables.
Lo que está más claro por el lado del Ministerio de Economía, es que tratará de patear pagos para el 2026, mientras que el organismo aspira a empezar a cobrar en 2024.
El programa que se trata de negociar es de Facilidades Ampliadas, que duran el máximo de plazo permitido hasta el momento, de 10 años. Por otro lado, el 18 de este mes Argentina tendría que abonar unos u$s1900 millones de dólares de un vencimiento. El gobierno tratará también de incluir ese pago en alguna forma de refinanciamiento en caso de lograr en estos días un principio de acuerdo, debido a que de otra forma debería enfrenta el compromiso con las ya escuálidas reservas del BCRA.
De este modo pueden resumirse las exigencias del FMI a la Argentina según los últimos programas de facilidades extendidas que el FMI firmó: con Ecuador en 2020, con Pakistán en 2019 y con Angola en 2018. Son cuatro grandes ejes, a saber:
Políticas fiscales
Baja del déficit fiscal mediante:
Aumento de impuestos;
Reducción del gasto público, vía subsidios económicos (tarifas); gasto previsional, salarios públicos.
Políticas monetarias
Suba de la tasa de interés;
Límite al financiamiento del Tesoro vía Banco Central.
Políticas cambiarias
Reducción de la brecha entre el dólar oficial y el blue;
Acumulación de reservas internacionales
Reformas estructurales
Tributaria; Previsional; Laboral; del Mercado de Capitales.