Por Gabriel Eiriz
El libertario Javier Milei superó en estas PASO el 13% del voto porteño y se ubica como tercera fuerza en la Ciudad. El excéntrico economista punk sorprendió con el porcentaje alcanzado luego de haber encarnado una campaña plagada de insultos, descalificaciones y un discurso de corte fascista disfrazado de defensor de la libertad. Presentándose como una alternativa liberal ante las dos fuerzas dominantes del espacio político nacional, el candidato se encamina a lograr una banca por la Ciudad de Buenos Aires en el Congreso Nacional llevando sus posiciones extremas a la Cámara Baja, degradando el diálogo político e introduciendo un lenguaje nunca visto hasta la fecha.
El seguidor de Adam Smith, logró acumular en el voto joven descreído de la política y de corte antisistema. Su lenguaje vulgar y de barricada encontró en este segmento una plataforma para introducir en la sociedad ideas radicales como eliminar el Banco Central y terminar con el Peso Argentino para pasar a una economía dolarizada.
Sus iniciativas de ultraderecha lograron colarse en los medios de comunicación siendo, en su estilo «punk», el economista más consultado en televisión y radio. Milei es a todas luces el emergente de un proyecto de feroz capitalismo financiero que reviste un peligro superlativo en materia política.
Pocos días antes de los comicios, el libertario se refirió al jefe de Gobierno como «zurdo de mierda», «sorete» y «pelado asqueroso de mierda».
Ayer, el economista no descartó el trabajo conjunto con lo que definió «halcones» del PRO, pero descartó cualquier entendimiento con el radicalismo y la Coalición Cívica por considerarlos «socialistas».
A mediados de este año, el postulante a diputado comparó la libertad de una mujer en interrumpir el embarazo con arrojar a una personas desde un avión.
Consultado sobre su posición sobre el IVE, el referente liberal explicó: «Si yo te invito a viajar a Europa en mi avión y en la mitad del Atlántico a mi se me ocurre ejercer mi derecho de propiedad y decido que no quiero que estés más en mi aeronave…» comparó con el derecho de una mujer en no seguir llevando adelante un embarazo.
Completó afirmando que «el aborto es un homicidio agravado por el vínculo», una delito tipificado en el Código Penal que se concreta cuando se pone fin a la vida de quien es su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, medie o no convivencia.
Si algo preocupa en lo que dejó esta PASO, no es la vuelta de la fiebre amarilla, sino el ascenso de ideas radicalizadas, brutales y antisistema encarnadas en un personaje siniestro que se mete de lleno en la política argentina y que, de lograr un crecimiento en el electorado, pone en jaque el sistema democrático.
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