Por Roque Ruíz
(«)…anunciando llegó la primavera, hagan suyo el crisol de esta morada…(«) -Pablo Milanés-.
Los abogados solemos decir: «A confesión de parte, relevo de prueba». Claro que la confesión no siempre es expresa. Hay formas implícitas de abordarla y muchas veces sucede de manera inconsciente.
La oposición a este gobierno, encabezada por el grupo Clarín, seguida por sus esbirros y finalmente ejecutada por Juntos por el Cambio, ha confesado de cualquier forma que se imagine, que el gobierno popular que gobierna nuestro país va a arrasar en los resultados de las próximas elecciones.
El efecto, en lugar de dar la discusión política, ofrecer ideas a la población que puedan ser superadoras al plan de gobierno, etcétera, etcétera, optaron por la mentira, abordaron el camino del ridículo, ofendieron permanentemente nuestra inteligencia y ahora, como último, anteúltimo, o antepenúltimo recurso se animan, al igual que Trump y Fujimori, a denunciar un posible fraude en la provincia de Buenos Aires, por el solo hecho de que el juez federal electoral no tiene su despacho en el edificio de Comodoro Py, sino que su asiento está en la ciudad de La Plata.
Cuán distinto habría sido el escenario político si se hubiera honrado la estrategia inicial de la oposición, al decir Mario Negri: “señor presidente usted es el comandante de este eventual catástrofe. Haga lo que tenga que hacer. Nosotros acompañaremos”.
Claro, se asustaron cuando, a los pocos días de decretarse la cuarentena, Alberto Fernández tenía una imagen positiva exponencial y todavía no habían digerido su triunfo aplastante en las anteriores PASO, cuando ellos tenían todo para ganar, solo en sus términos, usando un préstamo multimillonario del Fondo Monetario Internacional para aplicarlos a la campaña electoral de Macri.
No pudieron asimilar la genial estrategia de Cristina, a la que daban como un cadáver político,que llevó al frente de todos al triunfo en el 2019.
Mintieron sobre la vacuna rusa (sputnik); inventaron la «infecta dura»; hicieron acciones penales contra nuestro presidente por intentar envenenar a la población; pidieron a gritos que se contratara con Pfizer, porque en el fondo era la única vacuna que no había llegado a la Argentina. Si hubiera sido otra la vacuna imposible de acceder, aún la Sputnik, también habrían reclamado, porque lo que querían era que el gobierno no se llevará los laureles de la vacunación.
Pero pese a todo lo que llovió, llegará la primavera, aún cuando intentaron cortar todas las flores, con un país libre, libre de vivir, libre de estudiar, libre de trabajar, libre de abrazarse, libre de besarse, libre de festejar. Será como decía la canción: «… especialmente en abril se echa a la calle la vida, cicatrizan las heridas y al paisaje se le suben los colores a la cara. En abril especialmente, en Buenos Aires OCTUBRE….»