Los alimentos empujaron la disparada inflacionaria

La canasta básica de alimentos para una familia tipo de la ciudad de Buenos Aires se ubicó en 5994 pesos en febrero, con un alza del 4,4 por ciento respecto del mes anterior y del 31,2 por ciento en relación con igual mes de 2015. Así lo informó ayer el centro de estadísticas del gobierno porteño. El gasto de los hogares en carne, frutas, verduras, aceites y lácteos fue el que registró los mayores incrementos.

La canasta de consumo total, en donde además de alimentos se contemplan servicios e indumentaria, entre otros gastos relevantes para las familias, se ubicó en 13.520 pesos, al aumentar 3,4 por ciento en el mes y 32,2 por ciento en términos interanuales. La electricidad registró la suba más importante en el último año (253 por ciento), luego de que el equipo económico anunció el recorte de subsidios para la distribución eléctrica desde febrero.

El consumo de alimentos de una familia tipo dos adultos con trabajo, dos hijos menores de entre seis y nueve años y propietarios de la vivienda se concentró en el gasto en carnes. La compra de este producto, según el relevamiento porteño, requirió 1712 pesos en febrero, cuando la cifra era de 1215 pesos en igual mes del año pasado, lo que equivale a un incremento del 40,9 por ciento. En frutas y verduras se gastó 1480 pesos, contra 1100 del año pasado (34,5 por ciento); en bebidas 137 pesos, contra 109 (26,5); en cereales 1520, contra 1209 (25,8); en aceite y grasas 110, contra 89 (23,1); en leche y yogurt 797, contra 649 (22,7); en azúcar y dulces 104, contra 86 (21), y en otros alimentos 133 contra 112 (18,9).

La suba de precios de los alimentos se concentró en los últimos cuatro meses, cuando la devaluación, la quita de retenciones y el recorte de programas como Precios Cuidados provocaron una escalada en el valor de estos productos de primera necesidad.

El resto de los bienes y servicios que forman parte de la canasta básica de los hogares, además de los alimentos, registró un fuerte aumento en febrero. Los gastos en el rubro de electricidad ascendieron a 112 pesos, cuando eran de 32 pesos hace un año (253 por ciento).

La suba de las tarifas de luz tras la reducción de los subsidios eléctricos comenzó a impactar en el bolsillo de la población en febrero, aunque el efecto pleno en materia de poder adquisitivo se terminará de observar en los próximos meses. Por caso, un informe reciente del Conicet calculó que el aumento de la luz aportará por lo menos 5 puntos porcentuales a la inflación para el resto de 2016, debido al alza que genera la electricidad en la estructura de costo de las empresas.

Los gastos para el regreso de los chicos a las clases fueron otro punto de tensión para el proceso inflacionario. El documento de la ciudad de Buenos Aires precisa que una familia tipo empleó 268 pesos en febrero para comprar útiles escolares, contra 194 gastados el año pasado, con un alza del 38,2 por ciento. En la indumentaria, en tanto, se requirieron 1488 pesos, contra 1067 (39,6 por ciento); en comunicaciones 710, contra 544 pesos (30,1); en expensas 888 pesos, contra 707 (25,6), y en transporte público 237 pesos, una cifra idéntica a la de febrero de 2015, puesto que los colectivos no tuvieron aumento del boleto en el último año.

Los medicamentos, uno de los productos más sensibles para la canasta básica de las familias, también anotaron una disparada de precios en los últimos meses. Un relevamiento de la Asociación de Consumidores Libres y la Fundación Comisión de Medicamentos (Conamed) estimó que a partir de diciembre pasado se observaron alzas de hasta 145 por ciento. Por caso, la loratadina conocida comercialmente como Aerotina de 10 comprimidos por 10 miligramos del laboratorio Raffo se encareció un 76,48 por ciento, al pasar de 21,9 a 38,8 pesos. El enalapril, comercializado como Lotrial por el laboratorio Roemmers, en una caja de 20 comprimidos por 10 miligramos subió 144,6 por ciento, al ascender de 35,6 a 87,1 pesos.

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