por Gabriel Eiriz
La interna de cara a las próximas elecciones está al rojo vivo en Juntos por el Cambio. Las idas y vueltas entre halcones y palomas explota. En la Ciudad no quieren saber nada con el expresidente, creen que resta. Lo mismo, o peor pasa con Patricia Bullrich, quien con sus fuegos de artificio le juega en contra al espacio que representa.
En las últimas horas el expresidente Mauricio Macri lo llamó al alcalde porteño para organizar el armado de listas para las elecciones de medio término con la intención de imponerle sus candidatos. ¿Armamos las listas? le preguntó Macri a Larreta y el actual intendente de CABA le cerró la puerta y le explicó que el armado correrá por su cuenta y que no lo incluirá entre sus postulantes.
Macri, enojado, le recordó que gracias a él Larreta logró quedar a cargo de la Ciudad y que él ya había gobernado 8 años el distrito más rico del país. «Yo ya pagué todo lo que tenía que pagar», le espetó el expresidente y pretendido líder la oposición.
Sin embargo, el intendente de la CABA insistió en la negativa y le propuso que de tener algún candidato lo proponga y será evaluado, pero insistió en que no permitirá injerencias en el armado porteño.
Lo cierto es que las intenciones de Macri eran postularse como diputado de la Ciudad y llevar con él a Patricia Bullrich, con la intención de luego competir por la presidencia en 2023 o bien cederle el lugar a su exministra de Seguridad. Sabe que Larreta ya se está probando el traje de candidato y habrá que dirimir las candidaturas en las PASO del 2023.
Por su parte el alcalde buscará subir su propia candidatura, no puede renovar en CABA, acompañado por María Eugenia Vidal, quien espera encabece la lista en la Ciudad en los próximos meses y asimismo acomodar a su actual vicejefe de Gobierno, Diego Santilli en la cabeza de la lista de senadores en la Provincia de Buenos Aires, para luego candidatearse a Gobernador.
Las cartas están sobre la mesa y la interna arde. Eb las próximas semanas se irán definiendo las candidaturas pero al parecer el expresidente se quedó solo. Ni Carrió, su vieja espada, lo acompaña. De hecho, jugará para Larreta en la