La interna de los economistas macristas ya no resiste disimulo dentro del gobierno. Carlos Melconian y Federico Sturzenegger se venden en privado como los sucesores de Alfonso Prat Gay en el ministerio de Hacienda y Finanzas.
Los titulares del Banco Nación y el Central le cuestionan al ex JP Morgan una supuesta falta de firmeza para encauzar la economía heredada.
La falta de resolución de algunos problemas ineludibles como el déficit y la inflación, que esta semana se cargó a una funcionaria por primera vez en la era macrista, aumentó el apetito de los economistas que están esperando que Prat Gay caiga al abismo.
El titular del Banco Nación, Carlos Melconian es el más duro. Crítico del gradualismo que llevan adelante Marcos Peña y Prat Gay, advierte que ese mecanismo no va a llevar a nada y reclama un ajuste sin escalas.
El economista asegura en cada reunión que puede que «con parches el Gobierno va a llegar a la elección de medio término sin haber resuelto ningún problema y pagando costos por todos lados».
Según relata cada vez que puede, el camino es aplicar un ajuste brutal como el que hizo el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, que heredó una hecatombe de su predecesor Carlos Salinas de Gortari, y que desembocó en el llamado “Efecto Tequila”. Zedillo devaluó un 114% y pagó todos los costos políticos de entrada, aunque luego la macroeconomía mexicana se encarrilló, hasta el día de hoy, siendo una de las más sólidas de Latinoamérica.
Melconian cree que lo van a venir a buscar más temprano que tarde para reemplazar a Prat Gay y aplicar un plan de ajuste en serio. Algunos funcionarios de su propio espacio le sugieren que deje de hablar de esa manera del Gobierno porque no queda bien.
Por su parte, Federico Sturzenegger también habla mal de Prat Gay en todos lados y lo califica como “ministro de la transición”, una forma sutil de firmar su certificado de defunción.
Días atrás, el presidente del Banco Central mantuvo una reunión con un grupo de reconocidos economistas, que acudieron a la sede de la entidad financiera creyendo que tendrían una charla sobre política monetaria. Sin Embargo, el titular del BCRA, sólo habló de su preocupación por la caída de la «actividad» económica y de las medidas del ministro de Hacienda. Nada dijo sobre la política monetaria que le toca articular desde su lugar al frente del Central.
Federico es más gradualista, pero también espera que le llegue su turno para reemplazar a Prat Gay y aplicar un ajuste no tan salvaje como el que propone Melconian, aunque piensa en políticas económicas más activas que las del actual titular de Hacienda y Finanzas.
Prat Gay sabe que lo están cercando y por eso diseño una estrategia que lo posicione ante los ojos del presidente Mauricio Macri como fue la salida exitosa del cepo, que le dio algo de oxígeno en estos primeros dos meses. Ahora apuesta todo a resolver el litigio con los Fondos Buitre.
El ministro quiere resolver el conflicto con los Holdouts y para eso se está juntando con economistas de varias extracciones como Guillermo Nielsen, Aldo Pignanelli, Miguel Kiguel y Daniel Marx, y contar con el respaldo público y privado, ante los embates de sus colegas.
El objetivo del titular del palacio de Hacienda, como el de Sturzenegger, es tener una “banda propia” de economistas que le den espalda política en el gobierno. Más aún teniendo en frente a Marcos Peña, el jefe de gabinete que le hace su propia interna, aunque de momento su mayor preocupación son los reclamos radicales que buscan desplazarlo del cargo para imponer al que consideran «el arquitecto de la estrategia electoral que llevó a la Alianza Cambiemos al poder», el radical Ernesto Sanz.
Las internas ya no pueden disimularse y son el corridillo en los pasillos de las entidades financieras. La situación preocupa dentro del gobierno, ya que ante los ojos del poder económico configura una muestra de debilidad y genera incertidumbre en torno al rumbo de la economía, en particular ante la cercanía de marzo, que en el Gobierno califican como el mes decisivo en la gestión de Mauricio Macri.