La insólita pregunta que tuvo que formularon desde el programa Los 8 Escalones que conduce Guido Kaczka

Sin tantos pruritos como esos kirchenristas débiles, ni se les ocurre abrir en sesiones extraordinarias el Congreso, ese lugar que tanto describieron como «escribanía K». Antes, están los DNU y decretos presidenciales, apurados por crearle una imagen de fortaleza a Macri, según propagandizó su asesor estrella, Jaime Durán Barba.

La imagen de De la Rúa parece ser el karma macrista, más allá de los Pérfidos que hasta se animaron a sacarse una foto enfrente de su amado Teatro Colón como señal de desagravio a la vida sushi.

Que el Parlamento Europeo, después de tantos años, reclame por la detención de una dirigente social es exhibido con placer por Macri y Morales reunidos en Casa Rosada, mientras otro dirigente era detenido por protestar en Río Negro.

Mientras tanto, el kirchnerismo se esmeró en no reprimir ni criminalizar la protesta social a pesar de las quejas de los que no querían que le cortaran la calle para ir a su trabajo. Inclusive, a pesar de un Berni, casi un desliz en esa doctrina tantas veces defenestrada por los amantes del orden y la pulcritud urbana.

Cambiemos hizo uso de la que ya llamábamos proyección política: en la oposición, asignarle al otro lo que yo haría si fuera gobierno. Ahora se ve claramente, con Macri y Balcarce en el sillón de Rivadavia.

Ver los canales que sostienen a su Mauricio #MilitandoElAjuste relaja en pleno verano, mientras la acusada #CampañaDelMiedo se despliega a todo su esplendor, con despidos masivos y subas desenfrenadas de precios. Pero todo es la #HerenciaK.

Son 8 Escalones y recién van por el primero.

Mientras, se repiten en múltiples lugares bravas acusaciones contra el dormido kirchnerismo dirigencial: tibios, es lo mínimo.

¿Qué era eso de buscar número en las comisiones del Congreso, discutir en el recinto durante horas, hacer gastar energía en audiencias previas por todo el país, para luego hasta perder votaciones en temas clave?

La imagen de El Desdentando llevado a upa por las rutas de Entre Ríos es el icono del desnutrido arrojo K, que se la pasó alardeando de lo que definitivamente no poseía. Era una impostura para esconder su estructural cobardía.

Nunca habríamos sospechado que en 2016 íbamos a tener la sensación de que estuvimos ante un gobierno tímido, flojo de temple, timorato, que (ahora nos damos cuenta) festejaba cuando lo acusaban de regímen autoritario.

La determinación macrista marca el rumbo del país, mientras la Troika hace que el simpatizante del gobierno quiera más. Mucho más. Sin contemplaciones con esos kirchneristas enclenques, a los que lograron vencer a fuerza operaciones y sedimentación opositora radical.

Ahora sólo resta borrarlos de la historia argentina, que nunca tuvo que haber sufrido ese cáncer inmerecido.

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