Ya no sorprende que el «periodista independiente» apunte constantemente al kirchnerismo. Él mismo y sus patrones sostienen -sin fundamento- que la vicepresidenta Cristina Kirchner busca horadar la autoridad de Alberto Fernández para fulminarlo políticamente y allana un eventual regreso de ella al poder para luego preparar a Máximo Kirchner o Axel Kicillof en una eventual sucesión. Una falacia de proporciones.

Nadie descarta que en un futuro, tanto el gobernador bonaerense o el presidente del bloque de diputados del Frente de Todos puedan tener aspiraciones, pero de ninguna manera se puso en marcha un mecanismo de esas características. Lo que sí sucede, es que el defensor del poder económico intenta -en vano- frenar el debate del impuesto a las grandes fortunas, una herramienta extraordinaria y por única vez, para contribuir en la lucha contra el coronavirus.

En esa empresa, Majul publica cualquier cosa en el diario La Nación -principal matutino leído por la oligarquía argentina- para frenar la iniciativa que por estas horas termina de delinear el diputado Carlos Heller.

Según sostiene Majuil, el pedido de autorización a la Corte Suprema para sesionar de manera virtual formulado por Cristina Kirchner, persigue un objetivo oscuro: «le servirá tanto a Cristina como a los chicos grandes de La Cámpora para plantarse como el ala «progre» de un gobierno cuyo presidente, según ellos, sería conservador y de derecha. Porque van a usar este proyecto estrambótico para hacer oposición dentro del mismo Gobierno. ¿Para qué? Para volver, cuando la circunstancias lo permitan, a tomar el poder total. No solo el de algunos ministerios, como lo tienen ahora. El poder total. Absolutamente todo. Desde la presidencia para abajo. Un poder absoluto que le sirva, además, para cooptar a amplios sectores de la justicia y los medios de comunicación, algo que no pudieron terminar de hacer cuando Cristina gobernaba. ¿No me creés?»

Lo cierto es que el pedido de la vicepresidenta al máximo tribunal tiene por objeto evitar, en el futuro, pedidos de inconstitucionalidad cuando se aley el proyecto que grava las grandes fortunas. Unas 12 milñ personas quedarían alcanzadas por poseer patrimonios superiores a 3,5 millones de dólares.

Sin embargo, el bufón mediático del capital concentrado, ensaya una ridícula hipótesis: «Cristina no se aguanta ser segunda de nadie. Y porque tampoco soporta que Alberto la haya superado en imagen positiva, algo que esperaba, de ninguna manera. Seamos claros. Ella a Alberto lo ungió, porque no le quedó más remedio. Pero su delfín no era él. Sus delfines, son, de cara al futuro, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y/o su hijo, Máximo Kirchner».

Si hablamos de infodemia, Majul es el rey de la desinformación y las calumnias mediáticas.

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