Tres de los condenados a prisión perpetua por el triple crimen de General Rodríguez cometido en 2008 se fugaron hoy de la cárcel de General Alvear, según informaron fuentes policiales.
Se trata de los hermanos Cristian (40) y Martín Lanatta (41) y de Víctor Schillaci (33), quienes estaban cumpliendo la pena máxima por los asesinatos de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35).
Martín Lannatta fue quien mencionó en el programa de televisión de Jorge Lanata un posible e incomprobable vínculo entre el ex jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández y crímenes relacionados al tráfico de efedrina.
Incluso Jorge Lanata puso como hashtag de ese programa #LaMorsaEsAnibal porque los entrevistados estrella del periodista –todos condenados a prisión perpetua y sin nada que perder- no mencionaban directamente al por entonces candidato del Frente Para la Victoria, sólo hablaban de alguien a quien apodaban La Morsa.
Según varios especialistas, esta acusación caló hondo en la campaña política y aún sin prueba alguna logró esmerilar la imagen del candidato a la gobernación bonaerense.
Por lo funcional que resultó la acusación realizada por Lanatta para la victoria de la gobernadora María Eugenia Vidal,- y dado que luego de la campaña electoral nunca más se tocó el tema -ni hubo denuncias en la justicia- en la redes sociales estallaron con la presunción de una devolución de favores.
Incluso el propio Aníbal Fernández al conocerse la fuga expresó “que cada uno saque sus propias conclusiones”.
Además, en sus declaraciones Fernández reiteró que no conoce a “estos personajes” y que a pesar de que “lo primero que se hace cuando ocurren situaciones de estas características es preocuparse y andar con una custodia. Yo no lo voy a hacer porque no tengo nada que ver con eso”.
Por su parte, la gobernadora María Eugenia Vidal removió a toda la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y al jefe de la Unidad Penal 30 de General Alvear tras la fuga.
La huida de los hermanos Lanatta y de Schilacchi se registró esta madrugada, cerca de las 2.30, cuando en el sector de sanidad de la cárcel donde estaban alojados redujeron y maniataron a dos guardias encargados de su custodia.
Según las fuentes, los presos que estaban vestidos con ropas oscuras, similares a las que utiliza personal del Servicio Penitenciario (SPB), dejaron a los guardiacárceles en uno de los baños para luego transitar los distintos pasillos que tiene el penal hasta llegar al exterior.
Los tres hombres se apoderaron de un auto Fiat Uno, propiedad de un efectivo del SPB, con el que recorrieron los casi doscientos metros hasta llegar al puesto 1, donde redujeron al guardia que estaba apostado en el lugar, lo amordazaron y llevaron cautivo.
Las fuentes agregaron que continuaron la marcha con el custodio, de apellido Santos, hasta Villa Belgrano, un barrio ubicado a un par de cuadras de la Unidad.
Allí, los hermanos Lanatta y Schillachi descendieron del rodado dejando en su interior al guardia, lo que fue captado a las 2.45 por una cámara de seguridad ubicada en el cruce de las avenidas Belgrano y 9 de Julio.
Además, en la imagen se observó el paso de una camioneta negra que dobló a gran velocidad por la prolongación de 9 de Julio rumbo a la ruta nacional 205, distante unos 30 kilómetros de dicho punto.
Los voceros dijeron que posiblemente en ese vehículo continuaron escapando los condenados con rumbo desconocido.
Minutos después, el guardia que había quedado en el Fiat Uno pidió ayuda a vecinos del lugar que llamaron a Emergencias Policiales.
En ese rodado, los efectivos secuestraron una réplica de un arma de fuego que pudo ser utilizada para reducir al personal penitenciario.
La evasión es investigada por el fiscal Cristian Citterio, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 descentralizada en General Alvear y por el juez de garantías 3 de Azul, Federico Barberena.
En diciembre de 2013, los hermanos Lanatta ya habían intentado escaparse junto a Marcelo Schillaci (34), el otro condenado por el triple crimen, del penal de Sierra Chica, también para las Fiestas de Fin de Año y con supuesta ayuda y complicidad externa.
Sin embargo, esa maniobra pudo ser abortada a tiempo por personal del Servicio Penitenciario Bonaerense.
