Aunque no lo quieren reconocer, los anuncios económicos que fueron haciendo los referentes de Cambiemos durante la campaña dispararon aumentos en los precios de todos los tramos de las cadenas de valor.

La promesa de liberar la cotización del dólar a los designios del mercado, junto con la eliminación de las retenciones a las exportaciones y sumado a la eliminación de los cupos para abastecer el mercado local, tuvieron efectos devastadores en los precios de la canasta básica que se dispararon más de un 25 por ciento en solo una semana, esto equivale a la variación que fueron acumulando los precios a lo largo de todo el año.

Estos aumentos son devastadores en el poder adquisitivo de los asalariados y son el resultado de una transferencia de riqueza hacia un pequeño sector de la sociedad, los más ricos.

Los primeros efectos se empezaron a ver en el precio de la bolsa de harina, luego que el 22 de noviembre, Mauricio Macri se impuso en la segunda vuelta electoral.

Lo adelantó el ex candidato a presidente por el FPV, Daniel Scioli quien sostuvo esta semana que “la gente está comprobando lo que yo sostuve durante la campaña, él (Macri) lleva una agenda, una devaluación donde ya se ve reflejado un aumento de precios y especulación detrás de productos, por ejemplo, de la industria siderúrgica, la canasta familiar, lo que viene aumentando como la harina, el pan, electrodomésticos”, puntualizó.

En este sentido, añadió que “a partir del 22 de noviembre comenzó una formación de precios, se van adelantando los comerciantes, se viene una devaluación reflejada en liberar el tipo de cambio, complementado con una quita de subsidios y esto es lo que va a generar un recorte en el poder adquisitivo, conjuntamente con una tasa de interés, y esto es lo que yo salí a defender; el salario de la gente, no fue un discurso de campaña”.

No obstante, Scioli señaló que si bien “el gobierno de Macri no arrancó”, se habla de “que va a haber una devaluación del tipo de cambio que va a terminar el dólar a 14, 15 pesos” y que “encima le van a aumentar la tarifa de luz y gas”, entonces –indicó- “el aumento es estructura de costos, esto es un camino de la visión de la organización de la economía, yo había propuesto otro, la gente eligió esto y yo soy muy respetuoso”.

Ahora el desafío es compensarle a los asalariados estas subas, que algunos llaman «sinceramiento» y que lejos están de haberse acomodado, sino más bien que recién comienzan. Inició con la canasta básica, siguió en varios cortes de carne y algunos productos de limpieza y aun faltan los batacazos en las tarifas de los servicios públicos y el trasporte.

Por estos motivos, el titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) oficialista, Hugo Yasky, adelantó que pedirá una reunión con el gobierno de Mauricio Macri para obtener «algún tipo de asignación puente» que permita compensar las subas de precios de las últimas semanas.

«Tiene que haber una compensación», afirmó el dirigente y sostuvo que «los aumentos que están habiendo son absolutamente desmedidos, injustificados y me parece que son un abuso contra los asalariados«.

En ese sentido, luego de su asunción, Mauricio Macri buscará poner en marcha una serie de reuniones con empresarios y sindicalistas tendientes a lograr un «pacto social», con el objetivo de consensuar políticas económicas y evitar caer en un espiral inflacionario que complique su gestión en el tramo inicial. A mediados de enero se lanzará, así, un «acuerdo amplio de precios y salarios» con metas pautadas de inflación decreciente, con el objetivo de impedir el enfriamiento de la econom%

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