Desde el primer momento después de su triunfo en las urnas, el presidente electoMauricio Macri se aventuró a dar gestos que dejen en claro que su gestión se diferenciará fuertemente de los doce años de administración kirchnerista.
Temprano este lunes, cientos de periodistas del país y corresponsales del resto del mundo asistieron a un hecho que no ocurría, por lo menos en la última década: una conferencia de prensa de un jefe de Estado.
Acompañado por figuras claves de la victoria de Cambiemos, tales como su jefe de Gabinete,Marcos Peña; la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal; y su sucesor en la jefatura de Gobierno porteña, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri deslizó definiciones sobre cómo manejará la economía, si bien evitó dar precisiones sobre los temas económicos que desvelan a la Argentina, como el futuro del cepo o el valor del dólar.
Consultado sobre el nombre del ministro de Economía, el presidente electo dejó claro que su gestión no contará con un «super ministro», al estilo del noventista Domingo Cavallo.
Ni siquiera con uno que reúna las facultades del actual funcionario Axel Kicillof; sino que el gobierno de Cambiemos creará un Gabinete económico, compuesto por seis ministerios: Hacienda y Finanzas (actual Economía), Transporte, Producción, Energía, Trabajo y Agricultura.
«Esta semana vamos a trabajar activamente para definir lo antes posible un ministro de Hacienda y Finanzas (Públicas) y seis ministros que van a formar parte del Gabinete económico», dijo el actual jefe de Gobierno porteño.
Detrás del aparentemente inocente cambio de nombre de la cartera, hay toda una definición.
Visto desde el lado de la organización gubernamental, apunta a una estructura horizontal, en la que los seis funcionarios discutirán en «igualdad de condiciones» las iniciativas junto con el jefe de Estado.
Más tarde, el mismo Macri detalló que el objetivo de este Gabinete será: «Generar un desarrollo en equilibrio y evitar los personalismos».
Los nombres de los nuevos ministerios dejan en evidencia el diagnóstico sobre la situación económica actual.
El hecho de que sectores que hoy en día son secundarios o que tienen rango de secretarías sean elevados a ministerios, implica una señal sobre la preponderancia que pasarán a tener en la agenda nacional.
Sin ir más lejos, el futuro ministerio de Energía representa uno de los grandes déficits delgobierno kirchnerista, un área que actualmente depende del ministro de Planificación.
Pero la gestión macrista también elevará a la categoría de Ministerio a Transporte, que hoyconforma un híbrido con el ministerio de Interior, a cargo de Florencio Randazzo.
Durante la campaña, Macri había hecho hincapié en la necesidad de mejorar la eficiencia deltransporte de cargas como parte de que esto contribuya a la competitividad exportadora.
Guillermo Dietrich, funcionario clave de los cambios en materia de planificación del transporte en la gestión de Macri en la Ciudad, ideólogo del Metrobus, ya estaría casi confirmado esta cartera.
Planificación es otro de los ministerios que tendrá otra configuración a partir del 11 de diciembre. Mutará a una cartera de Desarrollo conducida por Rogelio Frigerio.
En todo caso, el mensaje entrelíneas es que Macri intentará combinar una visión aperturista de la economía y con bajo nivel de intervencionismo, junto con una visión “desarrollista”.
Es decir, no quiere dejar la sensación del gobierno liberal que deja a las industrias libradasa su suerte, pero será en el marco de ciertos parámetros de eficiencia y de inversión.
Hacienda y Finanzas Públicas, una silla caliente
En la pelea por ese puesto inicialmente se barajaban tres nombre: Carlos Melconian, Rogelio Frigerio y Alfonso Prat Gay.
No obstante, este último es el que se quedaría con el cargo. Fuentes cercanas al macrismo señalaron a este medio que hubo en un principio cierta reticencia por parte del ex presidente del Banco Central (durante la gestión de Néstor Kirchner) a dar el sí para ocupar las oficinas de la calle Hipólito Yrigoyen.
En cambio, quien mostraba una mayor voluntad era Carlos Melconian, histórico asesor del PRO, que desapareció en el último tramo de la campaña por su carácter fuerte y su manera directa de plantear sus ideas, diametralmente opuesto al tono amable y conciliador de Frigerio.
Otros nombres clave
Mauricio Macri encuentra un fuerte respaldo en su socio y amigo, el empresario Nicolás Caputo
El hombre de las obras públicas quedaría finalmente a cargo del control de las áreas que deja Julio de Vido, si bien le pidió al líder del PRO que desarme el gigantesco y variopinto ministerio de Planificación.
Gustavo Lopetegui, presidente de LAN Argentina, ocupará la vicejefatura de Gabinete, debajo de Peña, y se encargará de coordinar los ministerios económicos.
Otro de los empresarios clave es el ex titular de Shell, Juan José Aranguren, que se pondrá al frente de Energía.
En Trabajo, los nombres que suenan para la cartera laboral son el del actual subsecretario de Trabajo porteño Ezequiel Sabor, el titular de Uatre, Gerónimo «Momo» Venegas, y la legisladora del Frente Renovador, Graciela Camaño. Otro nombre que baraja es el de Jorge Triaca.
Ya está confirmado que el actual vice del Banco Ciudad, Juan Curutchet, será el presidente del Banco Provincia. Se trata de un hombre de suma confianza de Frigerio.
BCRA y AFIP
Macri tiene una decisión tomada: va a remover a Vanoli y todo el directorio a través del proceso previsto en la Carta Orgánica del BCRA. Primero habrá un DNU.
En su mesa de trabajo tiene dos nombres como candidatos. Uno lo promueven Marcos Peña y el PRO: Federico Sturzenegger, quien fue silenciado por la “mesa chica” a causa de sinceras declaraciones que dejaron mal parado a Jaime Durán Barba.
El otro es un tapado que goza de un alto prestigio a nivel local e internacional. Su designación se descuenta que tendrá un fuerte impacto y conformará a todos los partidos de Cambiemos.
Macri tendrá un equipo nuevo para la AFIP: el titular sería el experto Alberto Abad, que ya ocupara ese cargo y que luego Néstor Kirchner reemplazara por Ricardo Echegaray. Esto generaría la vuelta de Horacio Castagnola al frente de la DGI, quien fue separado de la DGI por el ex presidente en el marco de la «novela» de Lázaro Baez.
Otra opción para ocupar el sillón de la AFIP es Cesar Litvin. Goza de muchos adeptos en el macrismo. Su perfil es más técnico y menos político.
Más designaciones
Macri está analizando la «creación de un organismo de lucha contra la corrupción».
Al principio quería que estuviera a cargo de Ernesto Sanz, a quien ya le había prometido el Ministerio de Justicia, pero en las últimas horas el propio radical se bajó de cualquier cargo.
«Acabo de recibir una carta, donde me explicó que se trata de una decisión estrictamente personal», contó el líder del PRO este lunes por la mañana. En el escrito, Sanz avisó: «No voy a ocupar ningún lugar ni en el Gobierno ni en mi Partido».
«He decidido recuperar el espacio de hombre, que es el espacio de mis amores, de mi lugaren el mundo y también el espacio de sueños de vida que fui postergando mucho -demasiado- tiempo y que ha llegado la hora de concretar», escribió.
Por otro lado, también se confirmó al diputado y ex candidato a gobernador de Tucumán,José Cano (UCR), como ministro de Salud de la Nación.
En tanto, el Ministerio de Defensa sería para el diputado Oscar Aguad, aunque en este caso aún no hay confirmación.
También desde Cambiemos confirmaron a la actual ministra porteña Carolina Stanley para Desarrollo Social, la tarea que desempeña actualmente en la Ciudad.
Dejaron trascender que el ex legislador y actual titular del Ente de Turismo porteño, Fernando De Andreis pasaría a ser el Secretario General de la Presidencia.
Por otra parte, Esteban Bullrich será el titular de la cartera de Educación. Por estas horas está analizando los dos nombres que acercaría para la Provincia y para la Ciudad.
Baraja a Alejandro Finocchiaro para Capital mientras que sumaría al massista Gustavo Iaiespara su equipo. El trabajo del Área Metropolitana, así como la compleja relación con los gremios docentes bonaerenses -cuya cara visible es Roberto Baradel (Suteba)-, son algunos de los desafíos que le esperan.
Otro que tendrá equipo dividido en varios frentes es el mencionado Guillermo Dietrich.
Un ejemplo concreto: dado el plan para crear cinco líneas de metrobuses en la Provincia, en una primera etapa, y al menos dos más en la Ciudad, «Guillo» trabaja en un gran equipo para las jurisdicciones que permitan articular las obras.
Bullrich y Dietrich tienen pensado reclutar dirigentes del ámbito privado y trabajan con elG25 (el grupo de empresarios del PRO) para recibir los cientos de currículums que están llegando.
Hernán Lombardi, el actual ministro de Cultura porteño, procesado por lavado de dinero, quedaría a cargo de los medios públicos en lugar de Tristan Bauer.
Edgardo Cenzón -actual ministro de Espacio Público de la Ciudad- pasará a comandarInfraestructura, Transporte y Servicios Públicos en la provincia de Buenos Aires.
La idea de Macri es que ejecute un ambicioso plan de obras hídricas con el fin de resolver el tema de las inundaciones.
Federico Salvai será el ministro de Gobierno y comandará el área política y de comunicación.
Cristián Ritondo tomará la responsabilidad de manejar la Seguridad. Por su parte, Leonardo Sarquis ocuparía la cartera de Agricultura.
Roberto Gigante tendrá como destino la coordinación del presupuesto y articular a los distintos ministerios.
Santiago López Medrano irá a Desarrollo Social y Hernán Lacunza será el ministro de Economía de María Eugenia Vidal.
Federico Suárez, cercano a Peña y encargado de los discursos de Macri desde hace diez años, sería el secretario de Comunicación bonaerense, mientras que como secretario de Mediossuena el nombre de Mariano Mohadeb.