Michetti-Macri
Mauricio Macri y Gabriela Michetti

Primero, kirchnerizó su discurso, cuando las encuestas le indicaban que debía rescatar los principales logros económicos del kirchnerismo. Después, escondió a su equipo de economistas, cuando se volvió evidente que ese equipo, de claro corte neoliberal, proponía una fuerte devaluación que se trasladaría a los precios.

Luego de las medidas anunciadas por los referentes económicos de Cambiemos, como Prat Gay, Melconian y Aranguren, que anunciaron llevar el dólar a $16, Macri tomó nota y les pidió, fuera de micrófono, que no contaran más cuáles serán las acciones que desarrollarán en caso de ganar el 22 de noviembre. Rápido de reflejos, Daniel Scioli le apuntó: “No apareció más ninguno. ¿Por qué no hablan más? Porque la gente toma conciencia y eso sí que genera miedo. Ahora los ha mandado a no exponerse».

Luego de los dichos antipáticos de Alfonso Prat Gay, Carlos Melconian y Juan José Aranguren, que anunciaron llevar el dólar a $16, Macri les puso un bozal. 

Macri tomó nota y les pidió que no contaran más cuáles serán las acciones que desarrollarán en caso de ganar el 22 de noviembre

Rápido de reflejos, Daniel Scioli le apuntó a Macri y a sus economistas: “No apareció más ninguno. ¿Por qué no hablan más? Porque la gente toma conciencia y eso sí que genera miedo. Ahora los ha mandado a no exponerse».

Pero la campaña hipercalculada de Mauricio Macri continuó con nuevas censuras: a sus socios radicales no les dio prácticamente ningún espacio, algo que generó malestar dentro de la UCR, sobre todo entre quienes se resistían a un acuerdo de derecha con el PRO.

Es que el radicalismo sigue cargando el estigma del desgobierno, y además el PRO busca desactivar los paralelos entre Cambiemos y La Alianza liderada por Fernándo de la Rúa.

A Elisa Carrió también se la sacó de encima: no hubo promesas de cargos de relevancia para la incendiaria chaqueña, ni la sumó a sus recorridas de campaña.

Por último, también corrió a quien fuera su ladera y amuleto, Gabriela Michetti. Si bien la senadora es su candidata a vicepresidenta, Macri no la suma a su campaña ni la lleva a las entrevistas televisivas en las que exhibe a su «equipo».

En lugar de Michetti, Macri muestra a la gobernadora bonaerense electa María Eugenia Vidal, quien no forma parte de su equipo ni futuro gabinete. Vidal fue electa para otro cargo, pero Macri aprovecha la inercia de su batacazo y se esconde detrás de su sonrisa, incluso para responder preguntas incómodas, como la del reciente caso de gatillo fácil en La Boca por parte de la Policía Metropolitana. 

En una conferencia de prensa improvisada después de una recorrida de campaña por Avellaneda, un periodista le preguntó a Macri por el caso de gatillo fácil de La Boca.

El alcalde hizo un segundo de silencio, la miró a Vidal y la gobernadora bonaerense electa salió en su auxilio: «Es un caso de violencia de género», justificó los tres balazos del Policía de la Metropolitana, algo después negado por la propia fuerza de segurdad porteña y por la mamá del chico baleado.

En paralelo, hasta Domingo Cavallo terminó censurado por el macrismo. Los propios seguidores PRO del ex ministro de Economía le exigieron que deje de elogiar a su candidato favorito para el balotaje: Macri.

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