En el marco de las declaraciones que vienen vertiendo los economistas cercanos al candidato de la Alianza Cambiemos, y las propuestas de cara a un eventual gobierno de Mauricio Macri, los referentes del empresariado nacional, salieron a manifestar sus preocupaciones en torno a la aplicación de políticas económicas de tinte neoliberal, similares a las aplicadas por la dictadura cívico-militar, en manos del entonces ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz.
El presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios, Eduardo Fernández, sostuvo que “hay que llenar de contenido cada palabra y cada hecho porque las políticas articuladas en los últimos 12 años han significado el crecimiento de la industria y el mercado interno, y nosotros decimos que esto hay que valorarlo. Por supuesto que cada uno puede tener su perspectiva ideológica y política, natural en una democracia y una concepción de lo que debe pasar en la política”.
“hay dos candidatos y dos modelos de país. Uno que tiene un programa de desarrollo económico y productivo, y el otro que ha denigrado todas las políticas orientadas al fortalecimiento de la democracia, la industria nacional y el mercado interno”, sentenció Fernández.
En tanto, Daniel Donikian, presidente de la Cámara de la Industria de Manufacturas de Cuero (CIMA), refirió que estos años “no sólo crecimos, pasamos de menos de 100 empresas a más de 1000 gracias a la protección” dijo
“El consumo interno de la última década nos permitió pasar de 9.000 empleados a 80 mil”, sostuvo Alberto Sellaro, presidente de Cámara de la Industria del Calzado (CIC)
Por su parte, Lino Stefanuto, presidente de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM), opinó que, “la apertura habilitaría a 50 importadores a traer motos en cajas y destruir el empleo”.
El pronóstico que observan estos y otros empresarios respecto de algunos lineamientos que el candidato del PRO-Cambiemos, Mauricio Macri, y sus posibles ministros plantearon es lo que les genera zozobra.
El análisis que hacen no tiene nada que ver con lo ideológico sino con lo práctico: la apertura del mercado significa menos industria.
Pero Carlos Melconian, el posible ministro de economía de Macri aseveró que, “no hay ninguna posibilidad de que no exista el libre comercio». Lo dijo en un almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción y desde entonces los empresarios no paran de pedir que sea mas especifico en sus dichos.
Matías Furió, presidente de la Cámara de la Industria del Juguete, opinó que «Macri debe decir qué va hacer. Nosotros no estamos con ningún candidato, seguimos un modelo industrial y un modelo de administración de comercio. Con Scioli ya sabemos, porque sabemos cuál es el modelo industrial de la provincia de Buenos Aires. No tenemos sorpresas ahí. Internamente hace más de 10 años venimos creciendo y contratando gente».
Miguel Faraoni, empresario juguetero, también fue enfático en su rechazo respecto del neoliberalismo. Según publicó Tiempo Argentino, dijo «quiero creer que es imposible volver a los ’90. De 250 fábricas quedaron solo 50, de las cuales alrededor de 30 eran importadoras. Yo tuve que diversificar el negocio y trabajar para otras empresas. Estuvimos al borde del abismo”.
Por su parte, Alberto Sellaro presidente de la CIC subrayó que, “el principal problema es la competencia desleal de países que utilizan el empleo precario como fuente de competitividad. En China para producir zapatos, los trabajadores cobran U$S 80 por mes y la jornada es de 16 horas, mientras que acá un operario cobra U$S 1000 y uno calificado U$S 1400, por lo que estamos en desigualdad de condiciones».
Para Donikian, presidente de CIMA, “si se abren las importaciones entraría el doble o el triple y dejaríamos de tener trabajo. Lo primero que hacen los empresarios es aguantar, gastándose el capital para recomponer las pérdidas y precarizando el trabajo, pero al final terminaríamos sin la gente y sin el capital”.
Incluso el proceso de desindustrialización podría ser más violento que en épocas pasadas, según el empresario: «Algunos me dicen ‘yo ya aprendí de la década de los ’90, si abren el comercio me transformo importador y con lo que gano pago las indemnizaciones’”, y reclamó no retomar esas políticas.
El secretario de Comercio de la entidad, Ariel Aguilar, admitió que «vemos con muchísima preocupación el discurso que ha planteado históricamente Mauricio Macri y un eventual triunfo».
Por su parte, el titular de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM), Lino Stefanuto rememoró que «en los ’90, China producía motocicletas de muy mala calidad. Nosotros éramos caros, pero competíamos con Japón, que era caro también. Hoy, China ha avanzado mucho en calidad, y necesitamos defender la industria y avanzar en la integración”.
Para Luciano Galfione, dirigente de ProTejer, «es una falacia lo del bloqueo de las importaciones. En el pico de la Convertibilidad, perdimos el 80% de la industria, y la entrada era de U$S 800 millones. Hoy, exportamos U$S 600 millones, vendemos al mercado interno U$S 3500 millones y generamos 425 mil empleos, y las importaciones son de U$S 1400 millones».
«Una apertura indiscriminada es algo que no existe en ningún lugar del mundo», señaló el dirigente de proteger y agregó el empresario: “Andá a exportar hilados de algodón en EE UU, es imposible, hay miles de trabas y regulaciones. En Europa, por ejemplo, existen normas muy restrictivas para la importación de juguetes, la Argentina no está ni cerca de colocar sus productos. Abrirse cuando todo el mundo protege sus industrias estratégicas es un sinsentido».