UN GRUPO DE 19 PRESTIGIOSOS ECONOMISTAS PUBLICO UNA CARTA DE RESPALDO A LA ARGENTINA ANTE LOS BUITRES

El francés Thomas Piketty y el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis son dos de los encumbrados economistas internacionales que dieron a conocer un texto de apoyo a los intentos por establecer un marco jurídico mundial para las reestructuraciones de deuda.

Un grupo de 19 prestigiosos economistas de todo el mundo expresó su respaldo a los principios básicos para guiar los procesos de reestructuración de deudas soberanas que impulsa Argentina en la Organización de las Naciones Unidas. “El establecimiento de un marco jurídico para la reestructuración de deudas, que permita que cada Estado pueda resolver sus problemas sin riesgo de colapso financiero o la pérdida de su soberanía, es una cuestión de gran urgencia en la promoción de la estabilidad financiera”, afirma la carta abierta firmada por especialistas como el académico francés Thomas Piketty y el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis. Los nueve lineamientos para limitar el accionar de los fondos buitre y facilitar las negociaciones serán sometidos a votación en la Asamblea General de la ONU. Son un paso previo en la creación de un marco jurídico global para administrar las crisis de deuda de los países. “La votación de la ONU ofrece hoy una clara elección entre el manejo democrático de los asuntos de la deuda soberana y la continuación del manejo por parte de los mercados de deuda”, concluyen los economistas.

“Argentina, situándose a la vanguardia de estos esfuerzos, se ha defendido de los fondos buitre desde que reestructuró su deuda. Ayer Argentina, hoy Grecia, y mañana quizás también Francia, cualquier país puede ser impedido de reestructurar su deuda a pesar de todo sentido común”, advierte la misiva que difundieron ayer el grupo de economistas a través del diario británico The Guardian. La publicación fue celebrada por los funcionarios argentinos que ya están en Manhattan. Desde la misión permanente de Argentina ante la ONU se encargaron de difundir el texto entre los embajadores del G-77+China al comenzar una reunión preparatoria para la discusión de mañana en la Asamblea General, que encabezaron el canciller Héctor Timerman y la embajadora argentina Marita Perceval (ver aparte).

“Estos nueve principios reafirman la preeminencia del poder político en el manejo de la política económica. Limitan la despolitización del sistema financiero, que hasta ahora no ha dejado ninguna alternativa a la austeridad y en su lugar ha mantenido a los Estados rehenes de las demandas de los acreedores”, sostiene la Carta Abierta firmada por el grupo de economistas donde también figuran el destacado profesor postkeinesiano de la University of Texas Austin, James Galbraith, el experto argentino que trabaja con Joseph Stiglitz en la Universidad de Columbia, Martín Guzmán, y la especialista en desarrollo de la Universidad de Sussex, Mariana Mazzucato.

Los lineamientos serán discutidos en un escenario que se prepara para las sesiones de la Asamblea General donde participarán los presidentes de los países miembro. Las pautas están diseñadas para facilitar las negociaciones entre las partes y restringir el accionar carroñero del sistema financiero internacional, pero fundamentalmente legitiman la posibilidad de que un país deba reestructurar sus pasivos en forma sustentable para recuperar un sendero de crecimiento.

“La observancia de tales principios habrían evitado los escollos de la crisis griega donde los representantes políticos cedieron a las demandas de los acreedores a pesar de su falta de sentido económico y su impacto social desastroso”, sostiene el texto encabezado por el ex ministro de Finanzas helénico. Varoufakis renunció en julio cuando, a pesar del rechazo popular al ajuste logrado en un referéndum, el gobierno de Alexis Tsipras alcanzó un acuerdo con sus acreedores. Grecia obtuvo financiamiento a cambio de una serie de ajustes fiscales y privatizaciones sin abordar los problemas de sustentabilidad de su deuda externa.

“¡Los países europeos deben apoyar las propuestas de las Naciones Unidas para la reestructuración de las deudas soberanas!”, reclama la Carta Abierta. La discusión en Naciones Unidas para crear un marco jurídico internacional que guíe los procesos de reestructuraciones de deuda soberana comenzó hace un año. La iniciativa impulsada por Argentina a través del G-77 contó con el respaldo de 124 países, 41 se abstuvieron y sólo 11 votaron en contra. El rechazo estuvo encabezado por Estados Unidos, Inglaterra y Japón. Entre las abstenciones sobresalen los países europeos con problemas de deuda externa como Grecia y España que se verían beneficiados por la aprobación de los principios básicos en la ONU. Tampoco acompañaron Francia, que respaldó activamente a la Argentina en los tribunales, y Bélgica, donde se aprobó en julio una nueva ley para prevenir el accionar buitre. “La crisis griega ha dejado claro que los estados individuales que actúan por sí solos no pueden negociar condiciones razonables para la reestructuración de su deuda en el marco político actual, a pesar de que estas deudas son a menudo insostenibles en el largo plazo”, enfatiza la carta.

“Durante sus negociaciones con los organismos internacionales acreedores, Grecia se enfrentó a una obstinada negativa a considerar cualquier reestructuración de la deuda, a pesar de que esta negativa estaba en contradicción con las recomendaciones del propio FMI”, remata el apartado dedicado a la crisis griega donde la reestructuración de 2012 fue insuficiente para alivianar la carga de la deuda y habilitar una nueva orientación macroeconómica que le permita volver a crecer. “Las pseudo negociaciones de este verano en Grecia han hecho que muchos europeos se vuelquen hacia el nacionalismo y expresen un desafío hacia las instituciones internacionales. Sin embargo, los europeos deben reafirmar que los derechos democráticos, en lugar de los dictados del mercado, están en el corazón de la gobernanza internacional. Por consiguiente, instamos a todos los Estados europeos a votar a favor de esta resolución”, concluyen los 19 economistas.

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